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El exmarido de una trabajadora causó la matanza de la peluquería de California

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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En salón de belleza Meritage en la pequeña localidad costera de Seal Beach, en California, no cabían más clientas el miércoles a la una y media de la tarde. Un horario ideal para muchas trabajadoras estadounidenses que aprovechan el descanso del almuerzo para una rápida visita a la peluquería. Cuando más relajado parecía el ambiente en el establecimiento, un hombre que portaba varias armas traspasó la puerta del negocio y lanzó una lluvia de balas a las aterrorizadas mujeres que apenas si tuvieron margen para protegerse. Con la misma prisa con la que había entrado, este hombre salió del negocio y disparó contra un transeúnte que estaba aparcando su coche a escasos metros.

El baño de sangre se saldó con la muerte de 6 mujeres y dos hombres y la detención posterior del asesino, que apenas opuso resistencia cuando se vio acorralado a un kilómetro de la escena del crimen. Aunque la Policía no ha divulgado los motivos por los que Scott Dekraai, de 42 años, desató el tiroteo, su ficha judicial indica que mantenía intensas disputas con su exmujer, Michelle Fournier Dekraai, a cuenta de la custodia de un hijo de ambos. No está claro si Michelle, que trabajaba en el salón de belleza como especialista en cosmética, se encuentra entre los fallecidos. La pareja llevaba divorciada desde 2007.

Los hechos se produjeron con tanta rapidez que la Policía trata de establecer de qué manera hizo tanto daño el supuesto asesino. «No podemos precisar aún desde dónde disparó, si lo hizo desde la entrada contra gente que corría buscando refugio, si persiguió a alguna de las víctimas fuera del local. Desde luego había víctimas en todos los rincones del salón», aseguró un portavoz policial. Si bien no está claro si Dekraai tenía intenciones de seguir con su espiral de violencia, su coche estaba repleto de armas y municiones.

Seal Beach es una localidad de 25.000 habitantes situada en el sureste de Los Angeles, en un área conocida por sus playas y sus negocios. Se trata de una zona muy tranquila, donde nadie recuerda que se haya cometido nunca un crimen parecido. Hace cuatro días, el gobernador de California, el demócrata Jerry Brown, estampó su rúbrica en una ley que convierte en una falta punible con una multa llevar armas de fuego en público.