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El mito de Solskjaer y Sheringham renace en el Cuvillo

Una absurda expulsión de Luis Castillo lastra a un Racing que sufre la remontada de la Rociera en tres fatídicos minutos

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Mazazo. No hay otra palabra que defina mejor la dolorosa derrota recibida por el Racing en su feudo ante la Peña Deportiva Rociera de Dos Hermanas, escuadra que esta temporada se estrena en la Tercera División.

Muy distinto se presentaba el panorama en el José del Cuvillo. Tal y como viene siendo habitual en los últimos partidos de los pupilos de Galisteo como local, los racinguistas se adelantaron muy pronto en el marcador. El gol llegaba a los tres minutos tras recoger Carli al borde del área pequeña un rechace del meta Rivas. La obligada vuelta del zaguero internacional por Filipinas, que regresó al once tras la lesión de Kike en Ceuta, fue inmejorable.

Una vez más, ese tanto amansó al conjunto de El Puerto, que apenas llegó con peligro al marco nazareno. Solo el lateral Ezequiel puso contra las cuerdas a Rivas en el primer tiempo. Su lanzamiento de falta desde la frontal acabó estrellándose en la base superior del travesaño hacia el minuto 36. Fue la única ocasión que tuvo el Racing para aniquilar a un adversario que se acercó tímidamente al marco de Ismael a través de Gordi, Barro y Alfonso.

La segunda mitad no pudo comenzar peor para los locales. Luis Castillo castigó a su equipo con una absurda expulsión al ver dos tarjetas amarillas seguidas (51'). A partir de ahí, solo el debut del canterano Rober, que mostró desparpajo sobre el césped, y Dani Cadena pusieron en apuros a los visitantes.

Hasta que llegó el sorpresón. Márquez, con un disparo desde la frontal, y Gordi, que definió a la perfección en un mano a mano, dejaron helados a los aficionados racinguistas, que veían como la Rociera emulaba al Manchester United que jugó la final de la 'Champions' ante el Bayern en 1999. El espíritu de Sheringham y Solskjaer estaba presente en Valdelagrana. Un duro varapalo ante un equipo sin grandes alardes.