Sociedad

Las jornadas sobre su vida y obra, en noviembre

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La otra promesa pública contraída por Fernández Palacios con Carlos Edmundo de Ory también marcha a buen ritmo. La Fundación que lleva su nombre, constituida en noviembre, ya ha realizado buena parte de su tarea inicial. Tras el traslado de la herencia que el poeta dejó a la ciudad, compuesta por más de 8.000 piezas bibliográficas, de arte y fotografías, el trabajo que ahora ocupa a los técnicos bibliotecarios es la catalogación «minuciosa» de los documentos custodiados en la segunda planta del Centro Cultural Reina Sofía.

Esta sala, que se puede visitar previa solicitud, albergará también el epistolario de Ory que no fue regalado, sino cedido, a la Fundación. Estas 3.000 cartas con 300 corresponsales diferentes, todo un tesoro de la literatura española de posguerra, serán informatizadas en un futuro.

Y otro homenaje, el que en forma de monumento erigido por Luis Quintero se instalará en su Alameda natal, ha quedado postergado hasta la próxima primavera.

A pesar de los retrasos burocráticos, los objetivos del patronato de la Fundación -del que forman parte, entre otros, su hija Solveig de Ory, su sobrino José Antonio, además de Jesús Fernández Palacios, Fernando García de Polavieja, Rafael Román, Teófila Martínez, Antonio Castillo, Pilar Paz Pasamar, Nieves Vázquez Recio y José Manuel García Gil- van cumpliéndose. Uno de los más importantes es la celebración de las jornadas dedicadas a Ory y que la casualidad ha querido que se fijen en una fecha muy próxima al aniversario de la muerte del poeta. «No vamos a hacer nada por ese aniversario, ni homenajes, ni nada. Las jornadas tendrán otro título, estarán dedicadas a su vida y obra, y no a su muerte», ha aclarado el escritor Jesús Fernández Palacios.

Más adelante se analizarán nuevos proyectos, como la reedición de algunas de las obras descatalogadas del autor de los 'Aerolitos'. «Cuando Carlos se jubiló, en 1990, se retiró a su casa de campo y nunca quiso medrar, ni aspirar a que le dieran premios ni reconocimientos. Él siempre decía que el que quisiese conocer su obra, que se acercase a su casa y se lo propusiera. Pienso que Carlos Edmundo de Ory es todavía un autor por descubrir por mucha gente», destaca su amigo.

Por eso, la edición de lo descatalogado, la publicación de 'La memoria amorosa', su posible traducción o el descubrimiento de nuevos inéditos, se entienden como una oportunidad de oro para dar al gaditano la posición que merece en las letras del siglo XX.