La turbia relación del titular de Defensa británico con un amigo compromete su cargo
LONDRES. Actualizado: GuardarLa difusión de una comprometedora prueba que deja al descubierto los vínculos laborales mantenidos por el titular de Defensa británico, Liam Fox, con un amigo suyo incorporó ayer un jugoso ingrediente a la polémica que envuelve al político y amenaza con saltar por los aires su credibilidad. La última evidencia del caso, que ha acaparado las portadas de los periódicos del país, se trata de un vídeo difundido por el dominical 'The Observer' en el que se muestra a Fox en una reunión oficial junto a Adam Werrity y el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, si bien su excompañero de piso y padrino de boda no trabaja para el Gobierno.
La secuencia, grabada por un canal de televisión de Sri Lanka y a la que tuvo acceso el rotativo a través de un bloguero italiano, deja seriamente dañada la imagen de Fox, que negó en varias ocasiones que su amigo acudiera a encuentros con líderes extranjeros. El revuelo desatado por el último hallazgo ha eclipsado el viaje que inició hace dos días el responsable de Defensa de Downing Street a Libia, donde se reunió en Trípoli con su homólogo del Consejo Nacional de Transición (CNT), Jalal al-Digheily. Presionado por el escándalo, Fox admitió ayer que fue un error mezclar amistad y trabajo. «Me he disculpado con el primer ministro (David Cameron) y me he puesto de acuerdo con mi secretario permanente para que haya procedimientos adecuados que impidan que esto vuelva a suceder», señaló en un comunicado.
Catorce visitas al Ministerio
Además del vídeo, los periódicos británicos han podido comprobar que Werrity visitó hasta catorce veces a Fox en el Ministerio durante un periodo de un año y medio y -según 'The Guardian'- gestiona una organización de beneficencia desde las oficinas parlamentarias. Asimismo, se ha sabido que el amigo del ministro portaba tarjetas personales que indicaban que era asesor suyo, si bien no figura en la plantilla de colaboradores del Gobierno, y ayudó a establecer al político un contacto en un hotel de Dubai con una compañía para proteger las llamadas telefónicas al ministerio.
Para atajar la polémica, el propio Fox ha ordenado una investigación interna para delimitar sus vínculos con Werrity, una medida que ha sido duramente criticada por los opositores laboristas. «Hemos llegado a un punto ridículo en el que el implicado pone en marcha un estudio sobre su propio comportamiento», denunció el portavoz de Defensa de la formación opositora, Jim Murphy. El tono cada vez más elevado que adquiere el caso empujó ayer al primer ministro británico, David Cameron, a exigir que hoy las conclusiones preliminares de la pesquisa sean llevadas a su despacho.