
«Nunca me detengo en el pasado»
Vicente del Bosque Seleccionador nacional«España ya se ha quitado de encima los complejos y acepta la condición de favorita»
MADRID. Actualizado: GuardarCon su victoria en el Mundial de Sudáfrica y su manera de ser, Vicente del Bosque se ha ganado a pulso no ya un marquesado o un sinfín de medallones y distinciones oficiales, que siempre tienen algo de adorno retórico, sino algo mucho más importante: un tratamiento de don que nadie le discute. Del Bosque es don Vicente, un hombre que se ha hecho querer por todos siendo un caballero; es decir, alguien que, en la hora del triunfo, sabe ser elegante quitándose importancia. Resulta casi imposible oír hablar mal de este salmantino tranquilo y bonachón. El que lo haga puede encontrarse, clavado en un árbol, un cartel con su rostro, su nombre y la leyenda de 'se busca'. Desde luego, sería alguien muy sospechoso. El seleccionador nacional ya piensa en la próxima Eurocopa de Polonia y Ucrania, y lo hace con la ambición intacta. Sabe que ya está en los altares, pero no se conforma. «Nunca me detengo en el pasado», dice en su despacho de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.
- Vistas las últimas convocatorias y con la Eurocopa ya en el horizonte, la impresión es que lo tiene usted muy claro. Ni siquiera ha querido traer un sustituto para Cesc ante Chequia y Escocia.
- Tenemos una plantilla bastante estable. No necesita grandes revoluciones. Aunque el Mundial no se hubiera desarrollado tal y como se desarrolló, tampoco hubiera habido que hacer grandes cambios. La renovación de los que pedían paso ya se hizo entre la Eurocopa y el Mundial, cuando aparecieron Piqué, Pedro, Busquets, Llorente, Mata o Javi Martínez. Ahora, salvo algún caso puntual, hay poco que cambiar.
- Un caso puntual sería el lateral izquierdo.
- Hemos tenido muchos años a Joan Capdevila y, aunque todavía no se pueda decir que está del todo fuera, es evidente que tenemos que buscar alguna solución. Arbeloa ha sido un buen sustituto, pero tenemos que encontrar algo. Estamos en esa búsqueda.
- España partirá como la gran favorita de la Eurocopa. ¿De qué manera cree que puede influir esa condición?
- Que nos vean como favoritos puede ser bueno para la confianza del grupo. España ya se ha quitado de encima los complejos que ha tenido durante tantos años y afronta su condición de favorito sin ningún problema. Dicho esto, yo no me veo como el máximo favorito. En la teoría igual sí, pero cualquiera que vea a Alemania, Inglaterra, Portugal, Holanda o Italia sabe que pueden ganar el Europeo perfectamente. Está todo muy igualado.
Buenas señales
- Los equipos que han ganado tanto como España corren el riesgo de perder voracidad. El síndrome de la tripa llena, vaya. ¿Teme que pueda sufrirlo la selección?
- No. En la selección hay un grupo de chavales que son inteligentes y que saben muy bien que el fútbol es muy pasajero. El fútbol no te permite mirar atrás ni regodearte de una victoria como la del Mundial. Si lo haces, no tienes nada que hacer. Yo creo que la selección está dando buenas señales. Es verdad que contra Argentina y Portugal tuvimos dos lunares, pero en general hemos transmitido buenas señales. España quiere seguir ganando.
- ¿Su ambición como seleccionador también es la misma?
- Por supuesto. Yo nunca me detengo en el pasado. Sólo pienso en mejorar. En mi caso, además, se da la circunstancia de que quiero acabar bien, si es posible. Después de la selección, no creo que vaya a tener ninguna otra aventura en el fútbol y me hace mucha ilusión quedar bien.
- ¿Cómo lleva el hecho de haberse convertido en un héroe nacional?
- Pues reconociendo a la gente que ha focalizado en mí muchos de los éxitos del fútbol español. Yo he tenido la suerte de estar en este momento, sin más.
- Nadie habla mal de usted.
- Alguno habrá, seguro, ja, ja... No lo sé. Yo lo que puedo decir es que siempre he tenido muy claro lo que represento, tanto en el Real Madrid como en la selección. Siempre he intentado tener un buen comportamiento sin que eso vaya en merma de ser un entrenador exigente con los jugadores y en la búsqueda de resultados. Me considero un hombre afortunado. Nunca tuve mayores ambiciones de hacer una gran carrera como entrenador profesional. Siempre pensé que dedicaría mi vida al fútbol base en el Real Madrid. Lo mío ha sido uno de esos golpes de fortuna que te da la vida.
- Hablando precisamente de su vida, ¿ha cambiado mucho tras el título mundial?
- No. En lo fundamental y en mi actividad diaria, no.
- ¿Tiene margen de mejora la selección española?
- Sí, tanto en el aspecto emocional como en el futbolístico. Tenemos que mejorar porque estamos viendo cómo los equipos buscan nuevas vías para jugar contra nosotros. Todo el mundo trata de buscarnos las cosquillas.
- A España no solo se le exigen resultados, sino también seguir siendo una referencia por su estilo de juego. ¿Aumenta esto su responsabilidad?
- Es algo que tenemos asumido. España no puede ganar de cualquier manera. Tenemos un estilo que nos identifica, un estilo contra el que no podemos ir porque es el de nuestros jugadores.
- El de sus jugadores y también el de los que vienen en las categorías inferiores.
- Sí. Se ha producido un mimetismo que es bueno. El camino está marcado, ojalá que para muchos años.
- ¿Teme que pueda tener vuelta atrás?
- Yo creo que no. Todos hemos asumido que no solo tenemos que intentar ganar sino que también tenemos la obligación de mantener un estilo dentro del campo y un buen comportamiento fuera de él.
Los Madrid-Barça
- Siempre ha destacado el valor de la unidad dentro de la selección. ¿Se preocupó de verdad con las broncas entre jugadores durante el rally de clásicos entre el Real Madrid y el Barça?
- No podíamos mirar para otro lado. Era un tema que estaba ahí y que no era beneficioso para nada. Toda la vida ha habido una gran rivalidad entre el Madrid y el Barcelona, como ha habido otras rivalidades. En mi época también tuvimos mucha rivalidad con la Real y con el Athletic, que fueron campeones de Liga, pero en la selección todos éramos grandes amigos. A mí me quedaron grandes recuerdos. La gran relación entre los jugadores ha sido la base de los éxitos de la selección y no se puede perder. Además, un jugador que ha sido campeón del mundo tiene la obligación de defender el fútbol, no solo a sus clubes.
- ¿Teme que este tipo de enfrentamientos se puedan volver a producir?
- Hombre, siempre puede haber un episodio puntual, algún roce. Pero no creo que se repita. Creo que a ellos les ha servido de lección sobre lo que no hay que hacer. Porque su imagen también se ha visto deteriorada en algunos casos.
- Veo que el tema le sobresaltó.
- Sobre todo, me chocó. Me chocó porque les conocía. Y me parecía imposible que Xavi y Casillas se enfrentaran o Arbeloa con Villa. Conociéndoles era muy chocante.
- ¿Y le han chocado las declaraciones de Silva quejándose del papel secundario que tiene con España?
- En este caso debemos ponernos en situación. El tema viene del Mundial. Silva jugó el primer partido contra Suiza y ya no volvió a jugar salvo algunos minutos testimoniales ante Alemania. El problema es que en la selección hay un montón de jugadores que pueden quejarse. Con un grupo tan amplio es imposible hacer jugar a todo el mundo.
- Hablaba antes de la igualdad en la Eurocopa. ¿A quiénes ve como los principales rivales?
- Hay selecciones muy buenas. Hay muchas que estamos muy cerca unas de otras y todo puede depender de que tengas una buena racha o llegues en buena forma. Portugal es una selección extraordinaria, Alemania está creciendo mucho...
- Por cierto, tras haberles ganado en la Eurocopa y en el Mundial, se podría hablar de una Alemania cada vez más 'española' en la concepción del juego.
- Alemania no ha perdido sus valores tradicionales de fuerza, lucha e intensidad, pero es que ahora tiene jugadores que juegan muy bien al fútbol como Ozil, Schweinsteiger, Muller, Kroos... Tienen mucha calidad.
Diferencias exageradas
- Cambiemos de tema y hablemos de la Liga española. ¿Cómo la está viendo?
- La veo bien. Se están viendo partidos muy bonitos. Con la crisis no se hacen tantos dispendios y los clubes se están apoyando más en la cantera, lo que siempre es bueno.
- ¿Pero no le parece una Liga a la escocesa, como tanto se dice?
- Sobre este tema, más que pontificar, lo que expreso es un deseo: que haya una mayor igualdad. Pero reconozco que es algo difícil porque las diferencias económicas se trasladan al terreno de juego.
- Unas diferencias enormes.
- Es cierto. Yo nunca había visto unas diferencias como las de ahora. Son exageradas. Hasta hace dos o tres años que el Madrid o el Barcelona empataran fuera a de casa era aceptado y muchas veces se veía como un mal menor. Ahora es un gran fracaso. Si cualquiera de ellos empata un partido es un drama y se abre una crisis que dura toda la semana. Son los dos mejores equipos del mundo y la exigencia que tienen es enorme.
- ¿Tiene solución esta bipolaridad o hay que resignarse a ella?
- No lo sé. Igual uno de los dos se descuida, pierde un par de partidos, abre una brecha y la Liga pierde hasta ese aliciente. Parece difícil, pero puede pasar. Vamos a ver cuando pasen veinte jornadas cómo está la cosa.
- ¿Qué opina del Madrid y el Barcelona?
- Son dos estilos distintos, pero no solo hay una vía para jugar bien al fútbol o para ganar. Ambos demuestran un poderío aplastante, insultante, incluso cuando salen por Europa. Hacen los partidos muy fáciles.
- Pero es el Barça el que tiene más influencia en la selección.
- Porque es el que tiene más jugadores nacionales en su equipo. El otro día el Madrid sí jugó con siete nacionales, pero no es lo normal. En el Barça, en cambio, es habitual que jueguen ocho o nueve todos los partidos. ¿Influencia? Yo creo que tenemos influencia de todos. No podemos decir que nuestra única influencia es el Barcelona porque no es verdad.