La torre, una solución de altura para devolver las vistas de la ciudad

La imagen inferior muestra cómo los antiguos lavaderos escondían a la azotea y la torre, rehabilitadas por el equipo de Francisco Reina para devolverle la ciudad al edificio. La adecuación de estos nuevos espacios al museo se confía a una superficie plegada de acero y vidrio que protege el patio a modo de montera, reinterpretando este elemento tradicional y habitual en las viviendas burguesas del XIX.

En cuanto a la torre, el arquitecto se ha propuesto la corrección volumétrica del cuerpo superior al objeto de recuperar su perfil original próximo a la tipología compositiva de torre-sillón. Una protección acristalada que remata el nuevo acceso a su cubierta recuerda la estructura de madera y cristal añadida durante el siglo XIX y que fue eliminada hacia 1980.