ROTA, MÁS ALLÁ DEL ESCUDO ANTIMISILES
Actualizado: GuardarMás madera, esto es la guerra. En la letra pequeña del acuerdo que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero se ha apresurado a ratificar esta semana con las Cortes disueltas no sólo figura la acogida a cuatro unidades navales dotadas con el sistema antimisiles que Aegis instala en los astilleros de Bath Iron Workes en el estado de Maine, en Kennebec River Bath. También nos comprometemos a prestar apoyo al Africom, el mando estadounidense que operará contra Al Qaeda desde la base marroquí de Tan Tan. Y al USS Central Commands, un dispositivo estadounidense que se creó en 1983 y que habitualmente patrulla el Mar Rojo, el Golfo de Omán, el Golfo Pérsico y el Mar de Arabia, una región militar que probablemente se vea reforzadas por estos bélicos nuevos vecinos de Rota. Así que Izquierda Unida podría tener razón cuando argumenta que todo ello podría vulnerar el protocolo de enmienda de 10 de abril de 2002 al convenio en vigor, de 1 de diciembre de 1988. Sencillamente, esas misiones no figuran en la relación que contempla dicho documento, lo que implicaría un nuevo añadido a dicho protocolo. Habría tiempo para hacerlo, ya que ese despliegue no entrará en vigor hasta 2013 y no parece que el PP, que ya se postula como indiscutible vencedor del 20-N vaya a revocar en esta materia a ZP. En cualquier caso, habría que enviar al menos una comunicación al Parlamento para que este diera su visto bueno.
EE.UU. cuenta con 18 buques dotados con este sistema: catorce son fragatas y otras cuatro unidades navales son antiguos destructores o cruceros como el U.S.Monterey -de la clase Ticonderoga-- que ya está navegando por aguas mediterráneas. Aún se desconoce qué barcos adoptarán a Rota como Base, pero se calcula sus misiones no sólo se limitarán a que sus radares detecten y su armamento intercepte misiles enemigos, quizá procedentes de ese nuevo eje del mal que el imaginario occidental sitúa entre Corea e Irán. Algo gordo se está cociendo en el Mediterráneo y la ofensiva contra Libia no ha sido más que el aperitivo. El mapa político del Magreb o del Mashrek puede cambiar todavía más, siempre a favor de los intereses occidentales.
Si bien el plan del escudo antimisiles proviene de la llamada Guerra de las Galaxias que la administración Reagan ensayó durante los años 80, no fue hasta 2000 cuando Georges W. Bush lo relanzó,, justo antes de los atentados del 11-S y de la invasión de Afganistán y de Irak. Pero lo que ahora se plantea es un diseño europeo, un escudo propio que los aliados continentales reclamaron a Estados Unidos y que contempla un sofisticado programa cuyos primeros resultados se están perfilando en 2011 pero que no estará ultimado hasta 2020. En varias fases, ya se están instalando en tierra -Polonia y Rumania--, radares y lanzaderas de misiles interceptores convencionales, sin cabeza nuclear, para impedir que proyectiles atómicos enemigos alcancen -es un poner-- a Estados Unidos a través de Europa, un supuesto que ya en su día indignó a Rusia porque nadie concibe una trayectoria balística semejante y todo apunto a que en realidad se trata de un cinturón disuasorio para los propios misiles balísticos de Moscú.
A falta de diseñar la cobertura aérea de este sistema, en Rota, no se instalará nada nuevo más allá de lo previsto en el proyecto Rota Visión 2015, que sigue desarrollándose en base a un presupuesto que en tiempos de cifró en 40.000 millones de pesetas. Esto es, puede que se abran nuevas unidades administrativas y de avituallamiento, pero no habrá lanzaderas de misiles ni radares en tierra. Este material viajará a bordo de los barcos que tendrán como base a dicho recinto pero que patrullarán en mar abierto, al igual que, por cierto, ya hacen cuatro fragatas españolas dotadas con similar sistema. ¿Por qué no se dedican estas a la misión para la que hemos fichado a los Estados Unidos? Porque sólo tenemos esas cuatro dotadas con esa tecnología y tienen otras misiones que cumplir.
En la base, los trescientos tripulantes que pueden viajar a bordo de cada buque volverán para reunirse con sus familias o para tareas de avituallamiento y reparaciones menores de los barcos. ¿Por qué Rota en lugar de Sigonella o Gaeta, en Sicilia, donde ya opera la VI Flota al abrigo de Berlusconi? El escudo podría haber elegido como base a Chipre, a Malta o a Grecia, por ejemplo. Sin embargo, la base de Rota sigue siendo prioritaria para Estados Unidos en el mediterráneo. Y tiene astilleros cercanos. El embajador de Estados Unidos en España, Alan D. Solomont, ya visitó el año pasado las instalaciones de Navantia en la Bahía y aunque no se comprometió a nada, dejó caer que la reparación de la fragata USS John L. Hall, con número F-32 de la US Navy no sería la última en visitar la unidad de reparaciones Cádiz-San Fernando.
¿De dónde sale la cifra de 300 empleos director y 1000 indirectos cuando ya hace mucho que acabaron las vacas gordas de la Base? Hasta ahora, sólo existe el anuncio de una decisión, pero ahora habrá que llevar a cabo negociaciones en la que se perfilarán tales extremos. De entrada, el contingente que llegaría a Rota sería de 1200, a quienes habría que sumar sus familiares, hasta alrededor de 4.000 personas aproximadamente. Más allá de un incremento en los recursos humanos de las nuevas unidades, que probablemente asuma el personal de Estados Unidos, estamos hablando de abastecimiento y servicio doméstico, arrendamientos y otras actividades de menor incidencia económica. ¡Qué cosas tiene el señorito!
En el anejo II del protocolo de abril de 2002 que modificó en parte el convenio con Estados Unidos y que es el que se encuentra en vigor, se especifica incluso el número de militares norteamericanos que podrán destinarse a Rota. Y, según parece, este refuerzo estaría dentro de la cuota prevista para esta Instalación de Apoyo (IDA), que es como se identifica a la base en la jerga del Pentágono. Según dicha previsión, el nivel de personal gringo autorizado de forma permanente se cifra en 4.250 militares y 1000 civiles. Claro que conforme al artículo 22.3 del Convenio, los Estados Unidos de América podrán destacar temporalmente en las Bases a 900 miembros de la Marina y de los marines, 1300 adscritos a la Fuerza Aérea y 85 al Ejército de Tierra. Así que, por ese lado, que nadie piense en la arribada de decenas de miles de popeyes que disparó en el pasado el número de licencias de taxis, pero también el de güisquerías.