La Virgen del Valle irá a la parroquia de San Rafael

La hermandad del Cristo de la Expiración ha confirmado que la delegación diocesana de hermandades y cofradías, presidida por Joaquín Perea Montilla, ha autorizado el traslado de su imagen titular, María Santísima del Valle Coronada, a la parroquia de San Rafael y San Gabriel. La cofradía consigue así, aunque sea de manera puntual para este año, un anhelo de la corporación, ya que la cofradía lleva realizando un rosario de la aurora en noviembre multitudinario desde la coronación canónica de su dolorosa, y había intentado en repetidas ocasiones que fuera la propia imagen la que presidiera, en lugar del simpecado de la hermandad. De hecho, el actual hermano mayor de la corporación, José Manuel García Cordero, había anunciado su intención de seguir intentando que fuera la Virgen del Valle la que presidiera el rosario de la aurora que se realizaba en su honor, y nada más llegar al cargo ha conseguido su cometido con la colaboración de Cáritas de San Rafael.

Este año se cumplen cincuenta años de la fundación de esa entidad parroquial, una de las más desfavorecidas de la ciudad ya que opera en un lugar donde el paro y la necesidad son de una importancia mayor que en otros lugares geográficos de nuestra ciudad. La vinculación de la hermandad del Cristo de la Expiración con esa parroquia es muy profunda. De hecho, la acción social de la coronación canónica de la Virgen del Valle fue, entre otras actuaciones, reparar y dotar a las instalaciones de Cáritas parroquial de todas las necesidades que pudieran tener. Incluso el propio Cristo de la Expiración protagonizó un traslado multitudinario hace unos años a la parroquia, donde se realizó un besapies extraordinario al crucificado durante toda la jornada.

Será ahora la Virgen del Valle la que, coincidiendo con su aniversario de coronación y con premiso del obispo diocesano, visite la parroquia para celebrar el cincuentenario de la fundación de Cáritas. La intención de la hermandad es llegar el primero de noviembre a las diez de la mañana a San Rafael, para celebrar allí una función solemne con posterior besamanos antes de regresar a San Telmo.