ESTA MÚSICA ES ESPANTOSA
Actualizado: GuardarHay periodistas deportivas y periodistas deportivas. En Mediaset tienen a Sara Carbonero o a Lara Álvarez. Una en Cuatro, la otra en Telecinco. En TVE tienen a Paloma del Río o a María Escario, que han recibido esta semana la medalla de plata del mérito deportivo otorgada por el Consejo Superior de Deportes (y entregada por la Infanta Cristina). Habrá quien se pregunte qué ha hecho María Escario. Pues lo mismo que Sara Carbonero o Lara Álvarez solo que durante más tiempo. Lo que no ha hecho es salir con un jugador del Real Madrid. Ella tiene bastante con absurdas leyendas urbanas. El caso de Paloma del Río es distinto. Paloma es como las viejas estrellas de la radio. Una cara poco conocida pero una voz familiar a poco que hayas disfrutado de alguna de sus retransmisiones de gimnasia (artística y rítmica) o patinaje artístico. Llegó como becaria a la casa en 1986 y ahora es directora de Programas Deportivos de TVE. Y, entre otras cosas, fue editora en los Juegos Olímpicos de Pekín (de hecho, lleva once citas olímpicas). Pero a sus fans nos gusta retransmitiendo el patinaje (lo hace desde el 94) y la gimnasia (desde el 87), deportes minoritarios que ha contribuido a hacer más conocidos entre el gran público preparándose para ello. Es verdad que siempre hay tiquismiquis que le reprochan algún fallo. Por ejemplo, que anunció un triple axel de la patinadora Kim Yu-Na, pirueta que nunca estaba en sus ejercicios. Pero eso es como cuando un señor puso el grito en el cielo por una capa pluvial aparecida en la serie 'Teresa de Jesús' que no pertenecía a esa época. Hay a quien no le gusta que Paloma critique a las rusas, que muestre admiración por un salto o que de pronto diga: «Esta música es espantosa» (de la que la israelí Irina Risenson llevaba en mazas en 2008). O «Lo ha petado», de la ejecución de un ejercicio. O de otro gimnasta: «Cómo ha pasado del Cristo al San Pedro y del San Pedro al Cristo». Los puristas pueden enfadarse, pero el resto aprendemos y no nos aburrimos con sus comentarios. El día que no me aburra con Sara Carbonero ya lo diré.