Varias personas se concentran en Barcelona el pasado lunes en protesta por la detención de los 'indignados'. :: JOSEP LAGO / AFP
ESPAÑA

Los imputados por sitiar el Parlament niegan los hechos

La Audiencia Nacional deja libres a tres de los indignados acusados por el acoso a los diputados y les impone medidas cautelares

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los tres primeros imputados por el acoso al Parlament catalán el pasado 15 de julio rechazaron ayer las acusaciones ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga los hechos, Eloy Velasco.

Los denunciados, dos hombres y una mujer, aseguraron durante su declaración que el día de los hechos estaban en los alrededores del Parlament, pero que en ningún momento usaron la «fuerza, intimidación, violencia o amenaza grave para impedir a ningún diputado acudir a la sesión parlamentaria», donde se aprobaban los duros recortes presupuestarios del Gobierno de CiU.

Tras una breve declaración ante el juez, los imputados quedaron en libertad provisional con la obligación de comparecer cada 15 días en el juzgado más próximo a su domicilio mientras se sigue el procedimiento, en el que 22 personas están imputadas por un delito contra los altos organismos de la Nación, penado con hasta cinco años de prisión.

«Nuestra única intención era protestar por los recortes y la política económica» del presidente Artur Mas, señalaron al juez Velasco, según fuentes jurídicas. Asimismo, recordaron que la única prueba contra ellos son las grabaciones facilitadas por los Mossos d'Esquadra, en las que no se aprecia que los acusados mantuvieran una actitud violenta contra los parlamentarios catalanes.

En total, los atestados policiales entregados al juez recogen las supuestas coacciones de los indignados a diez diputados, entre ellos al propio presidente de la Generalitat y a los exconsejeros Montserrat Tura, Ernest Maragall o Salvador Milà.

En otro informe, la propia Tura, del PSC, cuantifica en 420 euros los daños causados a su vestuario: 140 por la gabardina, 180 por la chaqueta y otros 100 por el bolso. Tura, no obstante, no pudo reconocer quién le pintó la gabardina ni la roció con aerosol en su declaración policial.

A la salida de las declaraciones judiciales de ayer, se registraron algunos momentos de tensión entre los agentes de Policía Nacional que custodiaban la puerta, los profesionales de los medios de comunicación y una treintena de simpatizantes del movimiento.

Estos portaban una pancarta en la que se podía leer el lema 'Puig, dimisión', en referencia al consejero de Interior del Gobierno catalán, Felip Puig. También se profirieron gritos como «AudienciaNacional, Audiencia policial» o «televisión, manipulación».

Malestar

A lo largo de la próxima semana comenzarán a declarar los otros 12 imputados. En ese grupo se encuentran los seis últimos detenidos este jueves por los Mossos, cuando se encontraban en la cafetería del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, donde habían acudido a informarse sobre su situación procesal.

La intervención policial en la sede judicial provocó un profundo malestar en la presidencia del tribunal superior, ya que un grupo de varios agentes entró en las dependencias sin mediar palabra y detuvo a los seis acusados ante la mirada atónita del juez decano o el de guardia que estaban comiendo en ese momento.

Por este motivo, el presidente del tribunal, Miguel Ángel Gimeno, ha pedido un informe sobre la intervención policial.

Los Mossos, por su parte, argumentaron que hubo «cierta descoordinación» con la sede judicial y el juez de guardia, pero que su actuación atendía a la orden dada por el juez de la Audiencia Nacional para detener a las personas acusadas e identificadas por el acoso al Parlament.