Economia

Fallece Íñigo de Oriol, patriarca del sector eléctrico

Tuvo un papel decisivo en el desarrollo de Iberdrola y fue miembro del Consejo del Reino en la transición

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Íñigo de Oriol e Ybarra, patriarca del sector eléctrico, falleció ayer en la clínica Ruber Internacional de Madrid a los 76 años. Presidente de honor de Iberdrola, en cuya gestación y desarrollo desempeñó un papel decisivo, su trayectoria personal se caracterizó por la defensa de los intereses empresariales y por su espíritu negociador. Destacó igualmente por su participación en la vida política: fue el miembro más joven del Consejo del Reino que propuso al rey Juan Carlos la terna de la que formaba parte Adolfo Suárez, el primer jefe de Gobierno de la democracia.

Nació en Madrid en 1935 en una familia de larga tradicional empresarial, si bien siempre se sintió vasco y presumió de ello. Estaba casado con Victoria Ibarra Güell y era padre de tres hijos. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, se incorporó en 1959 a Hidroeléctrica Española, en cuyo consejo de administración ocupó un asiento desde 1975. En 1985 tomó el relevo en la presidencia de la compañía, donde sucedió a su padre, José María de Oriol, otro histórico del sector eléctrico.

Desempeñó por vez primera la presidencia de la asociación Unesa entre los años 1987 y 1989. En ese periodo tuvo la oportunidad de profundizar en el conocimiento de los problemas sectoriales y de desarrollar sus capacidades para negociar acuerdos. Las compañías eléctricas atravesaban un momento difícil, con la paralización de varias centrales nucleares y el crecimiento de su endeudamiento.

Gran fusión

En alianza con el presidente de Iberduero, Manuel Gómez de Pablos, Íñigo de Oriol ideó la primera gran fusión del sector eléctrico, que dio origen a Iberdrola en 1991. Para sacarla adelante tuvo que ganarse la voluntad del presidente del Gobierno, Felipe González, porque el ministro de Industria, Claudio Aranzadi, se oponía al proyecto. La operación era la de mayor calado de las planteadas hasta entonces en España, y del éxito de aquella iniciativa da idea de la realidad actual de la compañía, que ha llegado a situarse entre las cinco eléctricas más grandes del mundo.

Desde la presidencia de Iberdrola Íñigo de Oriol emprendió una etapa de liderazgo sectorial en la que tuvo que enfrentarse a muy importantes transformaciones, desde el intercambio de activos eléctricos de 1993 a la negociación de los distintos marcos legislativos. Repitió presidencia en Unesa durante otros periodos, entre 1996 y 1998 y de 2002 a 2006, momentos clave todos ellos para el sector eléctrico, en los que tuvo que concertar con el Ministerio de Industria la ley de Ordenación del Sistema Eléctrico de 2004 y la ley del Sector Eléctrico de 1997. Bajo el último de estos mandatos se llevó a cabo la liberalización.

Pese a los intereses en muchos casos enfrentados, De Oriol estrechó una muy buena relación personal con dirigentes de otras compañías, como Feliciano Fuster, durante el mandato de este al frente de la pública Endesa. Su carácter abierto y dialogante le facilitó un buen entendimiento con sus competidores, lo que le valió, años más tarde, el apoyo de Rodolfo Martín Villa, sucesor de Fuster en la presidencia de Endesa. Cuando, en el arranque de 2001, Repsol y Gas Natural lanzaron una opa sobre Iberdrola, montó su primera línea de defensa al acordar, junto a Martín Villa, la fusión de Iberdrola y Endesa. La integración de las dos grandes eléctricas españolas hubiera dado origen a un gigante europeo, pero las condiciones impuestas por el Gobierno del PP, que obligaba a vender la mitad de los activos resultantes, frustraron el proyecto.