35 MILLONES DE ESPECTADORES
Actualizado: GuardarEl juez Zoido, actualmente en excedencia desde que ganó las pasadas elecciones municipales en Sevilla, se encuentra en una situación de desequilibrio en el espacio merecedor de ser exhibido en el espectáculo del gran 'chapiteau' que finaliza en el próximo fin de semana en Sevilla. Tras haberse 'tragado', por primera vez, la 'movida' de miles de jóvenes y maduritos la pasada madrugada del viernes, Zoido no baja la guardia y sigue apareciendo por los espacios públicos con arrogancia de 'matador' y sonrisa de seductor. Si el juez midiera veinte centímetros más estaría arrasando para desesperación de la derecha.
En realidad, siempre hemos admirado en el juez Zoido una especie de condición de equilibrista, pues sale de una y se mete en otra. Ganó las elecciones en Sevilla pero no conmovió profundamente a ningún de los sectores sociales que se deslizan por la ciudad entre codazos y los aplausos de unos y los denuestos de otros. En síntesis: entre la derecha y la izquierda, y ya le están pasando la primera factura. El socialista Luciano Alonso, titular de Turismo, Comercio y Deporte, lanza la hipótesis, o 'el farol', de que hay patrocinadores para el evento, pero esto es como el misterio del sudario de Cristo. La última finalísima de la Davis fue contemplada 'in situ' por 2.500 espectadores y 35 millones por los canales televisivos. Si ante tales expectativas de mercado no aparecen patrocinadores, posiblemente, la ciudad entraría en una depresión prácticamente imposible de restañar en el tiempo.
Hay que recordar, igualmente, que la notabilísima alcaldesa de la ciudad de Valencia, doña Rita Barberá, está con su caña de pescar preparada por si Sevilla renuncia y Valencia da un paso adelante para quedarse con el evento deportivo. Y ya no serían dos frentes agrediéndose con saña sino dos grandes ciudades españolas que dejarían de contemplarse con un mínimo de amistad por los siglos de los siglos.
¿Qué hacer, pues? Habría que rogarles a los mandatarios políticos que intervinieran en el desencuentro: los socialistas por Sevilla y los sospechosos peperos de actuaciones discutibles en el Reino de Valencia tras la tumultuosa visita del Papa de Roma y las historias de los trajes, camisas y zapatos del último ex presidente saliente, cuyo apellido no queremos recordar.