PAN Y CIRCO

LA CRUDA REALIDAD

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Hace más de un mes que no aparezco por estas páginas por vacaciones y hoy vuelvo a la cruda realidad. El día que me marché, el Cádiz había empatado en Villanueva del Fresno en el campo de un recién ascendido. Me parecía que se había tocado fondo después de las dos igualadas ante el Jaén y el Ceuta. Tal y como ocurrió en esos dos encuentros se recurrió a miles de excusas (el árbitro de la primera jornada se transformó en falta de puntería en la segunda y césped en la tercera). La palabra más repetida, sin embargo, fue punto de inflexión. Era como reconocer que ya no iba a haber un árbitro más malo, ni menos acierto, ni una hierba en peores condiciones tal y como había ocurrido en los tres primeros envites. Sin embargo, el árbitro del Betis B no estuvo precisamente acertado (sobre todo en la primera amarilla de Camille), el terreno de juego de la Balona es más artificial que natural y la tarde del Cacereño también se fallaron muchas ocasiones. Se podrían haber puesto las tres mismas excusas que al comienzo de la temporada , pero como se ganó todo quedó en un segundo plano.

Ahora el traspié del partido contra el Lucena ha devuelto al cadismo a la cruda realidad. No se ganan los puntos con la camiseta. Está claro que en los tres triunfos consecutivos se dieron circunstancias puntuales que propiciaron esas victorias, básicamente que la calidad individual de determinados futbolistas desniveló la balanza. En el momento en el que esos peloteros no han aparecido, como ocurrió el pasado domingo en Lucena, te pintan la cara. Ya nos pasó la temporada anterior con una plantilla de inferior categoría y ha vuelto a ocurrir por mucho que digan que el colectivo es mucho mejor. Puede que el técnico tenga algo de culpa aunque no parece que el director del colegio de entrenadores sea el más legitimado para criticarle.

Me aburro de escuchar que estamos donde estamos y que no se vence con el escudo. Pero algunos siguen sin pensar que la cruda realidad es la que es.