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«No somos una empresa, formamos niños»
La Atalaya acogió ayer el homenaje a los casi 400 profesores jubilados de la provincia; Los docentes destacaron el valor de su profesión así como de los avances que ha vivido la educación, aunque no siempre para mejor
Jerez Actualizado: GuardarTras más de cuatro décadas con una tiza en la mano, son muchas las cosas que los profesores recién jubilados tienen que contar. Han visto pasar ante sus ojos una generación tras otra y han sido testigos de primera fila de los cambios que ha sufrido la sociedad. También se han enfrentado a diferentes normativas y su último gran reto ha sido cambiar los cuadernos por los ordenadores.
Más de 200 docentes de toda la provincia se dieron cita ayer en los Museos de La Atalaya en el homenaje que cada año les rinde la Delegación Provincial de Educación. Fue un día para recordar los buenos momentos de una profesión muy vocacional y también para abrir una nueva etapa. Angélica Gutiérrez, tras 37 años en el colegio Pablo Picasso de Estella y 44 años de trabajo en total, hizo balance de su vida laboral: «He visto evolucionar al pueblo. He dado clase a hijos e incluso a nietos de antiguos alumnos». La labor docente, a su juicio, «ha cambiado en todo. Al principio era más vocacional y ahora es más profesional: cumplen sus horarios y ya está, como si un colegio fuera una fábrica», dijo. De ahí a que aconseje a los futuros maestros que «tengan paciencia y ánimo. Es un trabajo pero no somos una empresa: formamos niños», insistió.
Otro aspecto fundamental para la docente es la familia: «Antes predominaba el modelo de profesor respetado pero ahora ya no. Hay quien considera que dejar un rato más al niño para que termine su trabajo es castigar a la madre porque tiene que esperarlo. Es como tirar de un carro con dos fuerzas diferentes: nosotros les exigimos a los niños una disciplina que luego no se mantiene en casa», dijo la docente, que ha sido la primera mujer directora del colegio de Estella.
Precisamente eso, ser mujer y trabajadora, no era muy común en los primeros años de docente de Angélica Gutiérrez. «Salía de mi casa en Cádiz a las seis de la mañana y llegaba a las nueve de la noche. En el instituto donde estudié solo éramos ocho niñas», recuerda esta cántabra afincada en Jerez, que pone por encima de todo el optimismo: «Nunca me he quejado de mi profesión, cualquier problema es un reto para mí». De ahí a que en su nueva etapa se haya planteado también otro horizonte: el aula universitaria de mayores.
Desde San Fernando vino a'yer Pedro González, profesor de Lengua y Literatura del IES Isla de León. «La enseñanza ha evolucionado a peor en muchos aspectos. Los medios son magníficos pero la materia prima -los alumnos- no tiene nada que ver con la que había hace 25 años. Los niños tienen cada vez menos interés y menos ganas de sacrificarse», destacó.
Para Mari Carmen Ceballos, al contrario, la evolución no ha sido tan brusca: «Siempre me ha ido bien. He estado muy a gusto en estos 41 años de trabajo», dijo la profesora del CEIP San Vicente de Paúl. El mejor recuerdo que guarda de sus muchas horas en las aulas es «recibir a niños de primero de Primaria que no saben nada y que salgan de mi clase leyendo y escribiendo perfectamente. Es una satisfacción muy grande», asegura. «He educado y enseñado a los niños lo mejor que he podido» de ahí a que a Mari Carmen le encante «que me paren antiguos alumnos por la calle y me saluden».
En plenas facultades
La delegada provincial de Educación, Blanca Alcántara, destacó ayer que «nuestros docentes jubilados tienen alrededor de 60 años y están en plenas facultades físicas y mentales». Junto a ella, la directora general de Planificación y Centros, Elena Marín, destacó el apoyo que presta Andalucía a los profesores, «que son la esencia del sistema, los verdaderos artífices de una formación idónea de calidad». La responsable aprovechó la ocasión, además, para insistir en la política andaluza con respecto a la crisis: «El futuro en Andalucía es el que tenemos actualmente: recorte cero».
El acto, que estuvo a rebosar, comenzó con la entrega de un pequeño obsequio a los jubilados, entre los que se encontraban el exdelegado provincial de Educación de la Junta de Andalucía, Manuel Brenes; y el anterior delegado municipal de Educación en el Ayuntamiento de Jerez, Juan Salguero.
Dos de los homenajeados fueron los encargados de trasladar el sentir del grupo en un día tan especial. Fueron muchos los recuerdos que salieron a relucir de los primeros años de trabajo, como «los bancos con el agujero para poner el tintero» o «las 16.900 pesetas que cobraba un profesor al año en 1963». También destacaron el valor social de niveles como la Educación Permanente de Adultos.
El acto, que se prolongó durante más de una hora y media, continuó con un pequeño recital del trío de alumnos del Conservatorio Profesional de Música Joaquín Villatoro. Para terminar de cerrar el homenaje los asistentes compartieron un aperitivo.