El terrorismo preocupa menos que nunca
El último sondeo del CIS constata que es el último de los diez problemas que más inquietan a los ciudadanos Solo el 3,7% de los españoles cree que es un problema
MADRID. Actualizado: GuardarETA y el terrorismo nunca han preocupado tan poco como ahora. El último barómetro del CIS refleja que apenas el 3,7% de los ciudadanos considera que es el principal problema de España. Hace apenas una década era la mayor inquietud, el 70,6% de consultados así lo decía, por encima de asuntos, como el paro o las dificultades económicas, que hoy son los grandes quebraderos de cabeza nacionales.
El desempleo, los problemas económicos, los partidos y los políticos, la inmigración, la inseguridad ciudadana, la educación, la sanidad, la vivienda, la corrupción y el fraude preocupan más que ETA y el terrorismo. Lo nunca visto. El estudio del CIS correspondiente a septiembre hace esta radiografía de los problemas y constata que la tendencia a la baja es imparable. El pasado junio, la violencia terrorista era causa de desazón para el 5,3%; en julio cayó cinco décimas, el 4,8%, y en septiembre bajó al 3,7%, el nivel más bajo desde 1979, cuando el Centro de Investigaciones Sociológicas comenzó a hacer los estudios.
En esta percepción social influye, sin duda, el hecho de que ETA no comete un atentado mortal desde hace más de dos años, el último fue en agosto de 2009, cuando asesinó a dos guardias civiles en Palma de Mallorca. Cierto es que los terroristas mataron en marzo de 2010 al gendarme francés Jean-Serge Nerin, pero no fue una acción premeditada sino que ocurrió en un tiroteo cuando los agentes galos trataban de impedir un robo de coches.
Después de los asesinatos de los guardias civiles, ETA solo ha recibido golpes policiales, entre ellos la desarticulación de la base logística que pretendía instalar en Portugal, quizás el revés más serio para la organización terrorista en los últimos años. El goteo de comandos capturados, jefes detenidos y el descubrimiento de depósitos de armas y explosivos no se frenó en los meses siguientes, pese a que los comunicados de septiembre de 2010, en el que ETA anunció que no llevaría a cabo «acciones armadas ofensivas», y enero de 2011, en el que declaró un «alto el fuego permanente, general y verificable», llevaron a la parálisis casi total de su actividad.
Consecuencia de esta inactividad y de ceder la primacía a las vías políticas a través de Sortu, partido cuya legalización depende del Tribunal Constitucional, y de la coalición electoral Bildu se han traducido en una despreocupación social por ETA. Su existencia apenas preocupa y, aunque su disolución no se ha producido, los ciudadanos la dan por descontada a tenor de las escasas inquietudes que despierta, según el CIS.
Diez años atrás
Una década atrás, en septiembre de 2001, el terrorismo era el principal problema para el 70,6% de la ciudadanía y ocupaba el primer lugar en el negro escalafón de los temores. Pero a partir de ahí comenzó un paulatino descenso, que se agudizó a partir de 2003, al extremo que, después de dos décadas, dejó de ser el principal problema de los ciudadanos. El paro ocupó ese lugar, y hasta hoy.
El 31 de mayo de 2003 ETA asesinó a dos guardias civiles en la localidad navarra de Sangüesa, pero desde ese crimen no volvió a matar durante casi tres años y medio, y declaró una tregua en marzo 2006, que saltó por los aires el 30 de diciembre de ese año con la voladura del parking de la T-4 del aeropuerto de Barajas, en la que murieron dos personas. A lo largo de esos años, la preocupación por el terrorismo descendió de forma brusca, aunque en 2007, tras la ruptura de la tregua y la vuelta a los asesinatos, hubo un repunte de la preocupación. Pero enseguida volvió a descender.
En septiembre de hace un año, apenas el 9% de los ciudadanos consideraba que ETA era el mayor motivo de preocupación de España. Ya era superada por asuntos, como la inmigración, que solo cinco años atrás era impensable que inquietaran más que el terrorismo. De todos modos, se mantenía como uno de los cinco principales problemas del país.
Pero el cuadro ha tendido hacia la normalidad de forma inexorable hasta llegar a los índices actuales, donde solo tres de cada cien ciudadanos mantienen a ETA en la cúspide de sus miedos.