ESPAÑA

El PP teme que Zapatero deje a Rajoy un «agujero» oculto

Los populares vinculan un posible incremento en el poder adquisitivo de los pensionistas al estado «real» de las cuentas del Estado

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El PP comienza a escribir la misma partitura que en la precampaña de las elecciones autonómicas del 22 de mayo. Insinúa, con una contundencia más propia de la afirmación, que Mariano Rajoy se encontrará con un «agujero» en las cuentas del Estado mayor al que reconoce el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

Los populares, de todos modos, se ponen el parche antes de que se produzca el roto y, sobre todo, se escabullen de la pregunta sobre si subirán las pensiones y el sueldo de los funcionarios si llegan a la Moncloa tras las elecciones del 20 de noviembre, una de las cuestiones que más rehúye la cúpula popular en esta precampaña. «Lo primero es ver qué hay en las arcas públicas», avisó ayer el portavoz del partido, Esteban González Pons.

Los máximos responsables de la formación opositora explican que si han encontrado desfases en las arcas de comunidades autónomas gobernadas hasta mayo por los socialistas como Castilla-La Mancha, Extremadura o Baleares, «podemos pensar» que Rajoy y su equipo también puedan darse de bruces con un déficit mayor que el que reconoce oficialmente la vicepresidenta Elena Salgado. Algo semejante a lo que ocurrió en Grecia y desencadenó la profunda crisis económica y financiera de ese país.

Pons empleó un ardid lingüístico para acusar al PSOE de falsear las cuentas, aunque circunscribió la recriminación a las previsiones económicas para 2012. Consideró que esas prospecciones no son válidas porque están «desfasadas», lo que provoca, a su juicio, un grave perjuicio a los gobiernos regionales que deben hacer sus presupuestos partiendo de este escenario macroeconómico poco fiable. «Las previsiones no son reales, son falsas», abundó el portavoz popular.

Rajoy, de confirmarse los malos augurios contables, estaría obligado a adoptar «medidas previas de ortodoxia presupuestaria» antes de incrementar el poder adquisitivo de jubilados y funcionarios, según el criterio popular. El consejo de dirección del PP, reunido ayer, dedicó buena parte del cónclave a analizar la convención nacional que el PSOE celebró en Madrid el pasado fin de semana.

Como primera reflexión plantean su «extrañeza» por el intento socialista de «disfrazar a Rubalcaba de Rajoy». Una estrategia que, según enfatizó González Pons, no logrará ni «engañar» a los españoles, pese a que han intentado «copiar» el «azul», color que utiliza de manera habitual el PP.

Pons, incluso, aseveró que había visto «algo parecido a una gaviota» en el escenario por donde desfilaron José Luis Rodríguez Zapatero, Felipe González y el propio Rubalcaba. Desde la dirección del partido insisten en que aunque el PSOE intente parecer el PP, «Rubalcaba, por mucho que quiera, nunca será Rajoy».

González Pons empleó el sarcasmo para reforzar su teoría de las simulaciones con una concatenación de frases hechas: «Ellos, ahora, son azules, nosotros ya lo éramos; ellos ahora critican a Zapatero, nosotros ya lo criticábamos; ellos ahora quieren ser el cambio, nosotros ya lo éramos».

De vuelta «al corral»

Más allá de las formas, el PP quiere subrayar en las que considera abismales diferencias en el fondo. Pons expuso que mientras que Rubalcaba quiere sacar a España de la crisis «subiendo impuestos para que todo siga como está», Rajoy abogará por bajar los impuestos para que todo cambie.

Por todo ello, comparan a Rubalcaba con un candidato «que se sabe derrotado de antemano». El portavoz popular se permitió el lujo de aconsejar a los socialistas que «devuelvan al corral» a su candidato y que elijan a otro «que, como mínimo, aspire a empatar».

La propuesta de Rubalcaba de meditar sobre si «se están pasando» en las medidas de ajuste -que el propio candidato matizó ayer- supone, para el PP, un claro ejercicio de hipocresía. «No puede decir que nos estamos pasando con los ajustes el vicepresidente de los cinco millones de parados, y del mayor recorte social de la democracia», reprochó González Pons.

Al hilo de esta reflexión volvió a reclamar al Gobierno de España que confiese si ha recibido la misma carta que el Banco Central Europeo habría remitido a Italia cuando empezó a comprar deuda pública. «Si España ha recibido esa carta y la conoce Rubalcaba, que diga a estas alturas que nos estamos pasando con los recortes es lo más hipócrita».