BURGUER DE INTERÉS TURÍSTICO
Actualizado: GuardarCreo que el nuevo Ayuntamiento de Chiclana nos va a dar muchas alegrías a los periodistas, tengo esa corazonada, porque se les ve venir. Ya ha dado buenas muestras con lo de construirse ellos mismos los atascos para meterle el dedo en el ojo al proyecto del tranvía y el otro día también me gusto mucho un comunicado en el que daban cuenta de las licencias de apertura que se habían producido en la ciudad desde que han llegado, como dando a entender, así disimulati, que es un logro propio. Evidentemente se apuntan en la casilla las licencias de apertura, lo de Maderas Polanco, más bien no.
Pero lo que me ha gustado más son unas manifestaciones del concejal delegado de Urbanismo, Andrés Núñez, que aparecía ayer en La Voz de Cádiz tirándose pegotes porque abren una hamburguesería en la ciudad y llega a decir que la llegada del Burguer King a la capital de la butifarra es «de interés turístico».
Núñez acaba de descubrir al mundo un nuevo tipo de turismo, el turismo burguerkiniano que son ciudadanos que recorren el mundo visitando burguerking para comprobar si el kechú del de Masachuset es diferente del que van a abrir en Chiclana y si las papas fritas que venden, más congelatis que la nariz de un pingüino, tienen más color de rubia teñía en el de Toronto o en el de Bahía Sur. Por lo visto las estadísticas dicen que el 43% de los habitantes de paises civilizados eligen su destino de vacaciones mirando si al sitio donde van hay o no hay Burguer King. Bueno, yo cuando fui a Santiago de Compostela, lo primero que me entere fue de eso. En su canto emocionado a la llegada de Burguer King a Chiclana también señala que supondrá «una imagen diferente de la entrada» de la ciudad porque no cabe duda de que un peaso de whopper (así le llaman estos de la multinaciones americana a su hamburguesa) puesto en la rotonda del ciclista será un hito que atraerá más gente a Chiclana que la Torre Eifel a París. Probablemente a partir de ahora Chiclana no será conocida en el mundo por el moscatel del Sanatorio o las empanadas de Antonia Butrón, sino por el whopper de queso con su chorreón de salsa barbacoa.
Me han dicho que la fábrica de muñecas de Marín ya ultima un nuevo modelo de figurita ataviada, en vez de con el traje de gitana, con el uniforme del Burguer King.
Ya lo suyo sería también transformar el proyecto del Museo del Vino que se proyectaba en Chiclana por el museo de la fritanga y las alitas de pollo con un peazo de aro de cebolla puesto en la puerta y en vez de toneles con fino chiclanero que se expongan grandes vasos de plástico con guarricola o guarrifanta, lo mismo da. Ciudadanos alegraos porque Marín ha traido el Burguer King a Chiclana.y también traerá el Dunking Donut, no hay quien lo pare.