
La hora de apagar la luz
El consumo eléctrico se derrumba en la provincia en el último año, con un descenso de la actividad industrial y el cierre progresivo de comercios y negocios hosteleros
Actualizado: GuardarEl consumo electrico da muestras como pocos indicadores de la situación económica de un territorio. En tiempos de estrecheces se presta más atención a la factura en el hogar y es en esos momentos cuando se tienen los consejos de ahorro, aunque la intención solo dure unos días. Pero la estadística encierra otra triste consecuencia, el descenso por el cierre de establecimientos, la bajada de la actividad industrial o el desánimo general de la población sumida en el pesimismo del paro y los recortes.
Y para muestra un botón. La industria gaditana ha recortado el consumo en un 40% desde 2008. Según los datos facilitados por Endesa, entre enero y agosto de este año las compañías hicieron un gasto de 1,29 millones megavatios por hora en toda la provincia, sin contar con el dato de la capital, cuyo consumo corre a cargo de Eléctrica de Cádiz.
Lejos quedan aquellos balances de los años de bonanza el consumo superaba con creces los dos millones. Entonces no se planteaban medidas de ahorro ni había posibilidad de negociar con las compañías para conseguir mejores ofertas. La bajada de la actividad ha sido notable en todos los ámbitos. Desde los astilleros hasta cualquier nave pequeña de instalación de estructuras. La caída de la construcción y la timidez galopante del consumo dibujan una situación que pasa de preocupante a crítica.
Uno de los que sectores que mayor dependencia eléctrica tiene es el naval. Tanto las factorías públicas como toda la industria auxiliar se comen gran parte del gasto energético y la evolución de la carga de trabajo en estos últimos años ofrece una explicación a los datos aportados por Endesa. Tanto el dique de Puerto Real como el astillero de San Fernando viven sus horas más bajas sin nuevos proyectos para el próximo año.
Los cinco buques de acción marítima (BAM) que encargó la Armada Española aún tienen que pasar por varias fases antes de entrar a cortar la chapa y los contratos que se han anunciado recientemente también necesitan un periodo de maduración para llegar a la producción. Por el momento, el sector tira con las reparaciones que Navantia realiza en Cádiz y su nueva incursión en el mundo de los cruceros y los últimos coletazos a los encargos antiguos.
Solo la industria aeronáutica da síntomas de buena salud y eso tendrá su repercusión en los índices de los próximos meses. El consorcio andaluz Alestis ya ha abierto su planta de El Trocadero, que aún está pendiente de una obra de instalación eléctrica para funcionar al 100%, mientras que las factorías de Airbus, en Puerto Real y El Puerto se preparan para recibir nueva carga de trabajo que trae aparejada un cambio tecnológico e incluso una posible ampliación de infraestructuras.
En el cómputo general, el consumo ha caído un 16,9% en los últimos cuatro años y pasa de los 3,9 millones megavatios a la hora registrados entre enero y agosto de 2008 a los 3,3 millones actuales en el mismo periodo de tiempo.
Otras ramas
En el sector servicios la caída no resulta tan evidente. El consumo ha ido fluctuando con resultados tan desconcertantes como una tremenda subida a lo largo de 2010, justo cuando un mayor número de empresas relacionadas con la hostelería echaron el cierre. El presidente de la patronal Horeca, Antonio de María, se muestra sorprendido ante este registro y asegura que «poco o nada puede deberse a la actividad en restaurantes y hoteles». Según explica, los empresarios del sector llevan a cabo estrictos planes de ahorro del gasto y no ha habido apenas nuevas aperturas de grandes locales desde la primavera de 2007. «Más bien todo lo contrario, nos encontramos con negocios que van al límite y tienen menor actividad, con lo que la factura también es más pequeña a final de mes».
Ya en los primeros ocho meses de este año se empieza a moderar el consumo con una caída del 13,7% con respecto al mismo periodo de 2010. Según De María, «es uno de los peores ejercicios para la hostelería gaditana y las consecuencias se verán en los próximos balances».
En lo que respecta a los hoteles, las pernoctaciones se han mantenido estables en los últimos años, con un descenso de apenas el 7% con respecto a los meses de julio y agosto de 2007, tal como se extrae de la Encuesta de Ocupación Hotelera del INE. De esta forma, el suministro se ha podido alterar más por las medidas de ahorro, como la instalación de placas solares y la moderación en el uso de la electricidad, que por el descenso de la actividad o cierre de establecimientos.
Y si la explicación no está en el sector turístico, habrá que buscarla en el comercio, pero también esta rama ha sufrido su calvario particular en los años de crisis con más de 4.400 cierres por el camino, tal como recoge el último Anuario Económico de La Caixa. A pesar de la dura coyuntura, uno de los mayores revulsivos económicos ha sido la apertura del macrocomplejo Luz Shopping que inició su actividad a mediados del año pasado. Es justo ahí cuando comienzan a aparecer repuntes en el consumo eléctrico hasta el punto de pasar de 114.410 megavatios a casi 141.000 en solo un mes. Eso fue lo que ocurrió el pasado mes de mayo y se prolongó a lo largo de aquel verano. Entrado el otoño y sin necesidad del aire acondicionado, el consumo cayó. A lo largo de este año, el suministro se ha moderado y vuelve a los niveles habituales, aunque por encima de las cotas alcanzadas en 2008.
Descenso en Cádiz
En la capital también se aprecia una importante caída del consumo, especialmente en el ámbito empresarial que en el doméstico. Según los datos facilitados por Eléctrica de Cádiz, el gasto pasó de los 449.336 megavatios registrados entre enero y agosto de 2008 a 285.026 registrados entre enero y agosto de este año. El descenso es del 36,5% en estos cuatro años.
A pesar de la contracción generalizada del consumo, fuentes municipales apuntaron que en este tiempo grandes empresas como los astilleros, el SAS o incluso El Corte Inglés que tienen presencia en otros territorios han centralizado el suministro y ahora operan con otras compañías. Se trata de una práctica generalizada en los grandes grupos empresariales.