Los chiringuitos son unos de los principales reclamos de las noches de verano. :: MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

Adiós a las cenas a pie de playa

Aunque podrían permanecer abiertos durante el invierno, son muchos los que ya han echado el cierre La temporada estival termina para los chiringuitos con un descenso en las ventas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando termina el verano muchas cosas cambian en los lugares que año tras año son elegidos como destino turístico. Las temperaturas cálidas van dejando paso en el armario a la ropa de abrigo. Las largas noches de verano y gentío se vuelven más silenciosas y solitarias. En el caso de las ciudades de playa el cambio es aún más latente. El paseo marítimo deja de ser un lugar privilegiado para caminar y la arena pierde sus construcciones que tanta vida dan a la playa cuando el sol deja de calentar. Los chiringuitos de Cádiz han empezado a echar el cierre hasta la temporada que viene, a pesar de que este año tenían libertad para continuar abiertos hasta finales de octubre, pero pocos son los que se acogerán a esta nueva normativa. «A lo mejor se tendría una buena afluencia de público uno o dos días a la semana y eso no compensa los gastos», comentan desde el chiringuito Picachos que ya, hace unos días, dio por concluida su temporada de verano hasta el año que viene, pronto lo acompañarán La Marea y Nahú, que han elegido los primeros días de octubre como fecha límite.

Para muchos, continuar más tiempo abierto resulta inviable también por otro motivo. «Estos locales, tal como son, no están preparados para aguantar todo el año, el mal tiempo de los meses de invierno acabaría con estas estructuras que no son las adecuadas para ese clima, se necesitarían otro tipo de locales para llevarlo a cabo». Desde hace unos años, gran parte de estos locales de primera línea de playa han notado un descenso de las ventas, en el chiringuito Malibú consideran que: «ya no hay la afluencia de antes, desde hace dos años hemos notado un descenso, pero no tan grande como el de este año». De hecho, en Picachos creen que esa disminución puede ser debido a la bajada del número de turistas que este año se han alojado en los hoteles de la ciudad, aunque «la llegada de una gran cantidad de cruceros ha contrarrestado parte de la situación».

No sólo la crisis económica y la disminución del número de turistas juegan en contra de estos lugares de ocio, el mal tiempo puede llegar a ser un factor decisivo para su buen funcionamiento. Aunque no siempre llueve a gusto de todos, o en este caso, no sopla el viento igual para todos. Los días de levante no se notan del mismo modo a lo largo del litoral gaditano. En la zona de Cortadura el levante no ha hecho mucha mella en las ventas del Nahú, donde han sabido ofrecer a sus visitantes diferentes actividades durante los fines de semana que lo convertía en un lugar atractivo a pesar de las inclemencias del tiempo. «Si bien es cierto que hemos tenido jornadas con un levante muy fuerte tampoco es que se hayan prolongado demasiado, por lo que no ha estado mal», comenta el encargado del Nahú. De hecho no dudan en poder seguir ofertando estas actividades el próximo verano.

Uno de los pocos chiringuitos que permanecerá abierto es el Malibú, que pretende continuar con su actividad «siempre que el clima lo permita». La posibilidad de continuar con el negocio es posible gracias a que una parte importante de la clientela de estos locales es de un ámbito cercano. Cada vez más, el cliente es nacional y de un entorno geográfico próximo, además de los propios gaditanos que algunos días dejan la nevera portátil en casa y prefieren sentarse en estas terrazas que conocen de año tras año. Una de las fórmulas previstas para volver a tener un incremento en las ventas de cara a la próxima temporada es la mejora de los servicios e instalaciones. La empresa encargada de las hamacas y sombrillas renovará el 90% de sus existencias: «no podemos quedarnos estancados, no se debe escatimar en calidad y en ofrecer un buen servicio, eso es lo que hace que el negocio pueda continuar».

La playa de La Victoria ha contado un año más con la Q de calidad turística, lo que se traduce en un aliciente para el turismo. Por eso mismo, aunque el clima ya no sea el más indicado para los largos días de playa, los chiringuitos han aprendido a que hay quién quiere seguir disfrutando de este escenario. «Tenemos que adaptar nuestros horarios a las costumbres, ahora mismo vienen muchos universitarios a tomar algo mientras ven el atardecer».

Los días de verano han terminado para la mayoría de estos locales que ya tienen la vista, y las esperanzas, puesta en el próximo año, en el regreso de los días de calor y turistas ávidos de refrescarse con una bebida fría y algo que echarse a la boca mientras contemplan las idas y venidas de las olas sobre la arena.