¿MERECE LA PENA LA FELICIDAD?
Actualizado: GuardarTodas las personas que tienen un familiar practicando fútbol infantil saben que puede ayudarles a ser felices. Más o menos felices, depende. Pero. ¿de qué?
En el Congreso Internacional de Inteligencia Emocional, celebrado en Santander, Sonja Lyubomirsky, profesora de Psicología de la Universidad de California y experta en Psicología Positiva, presentó conclusiones interesantes sobre su trabajo «La ciencia de la felicidad».
Los datos extraídos invitan a reflexionar sobre cómo funciona el eje o motor de la felicidad: El 50% de nivel de felicidad está determinado genéticamente; el 10% depende del entorno; y el 40% depende de nosotros mismos, es decir, de nuestra elección para «vivir la Vida» como una oportunidad de desarrollo y aprendizaje continuo. Eje que permite, a la persona que elige ser Feliz, afrontar la vida con optimismo y disfrutar de todas las experiencias personales o profesionales, como positivas y gratificantes.
Ser Feliz, depende en un porcentaje elevado, de la voluntad, del esfuerzo, de la motivación por hacer lo que nos gusta, y de que sepamos extraer recompensas de nuestras experiencias.
En Fútbol base, los psicólogos ayudamos a que la formación de los entrenadores contengan los conocimientos y habilidades necesarias para que entrenen con ilusión y con la responsabilidad de que forman parte de ese 10%: el entorno más cercano, y el espacio de enseñanza más significativo, donde tienen la oportunidad de convertir la competición en una meta y un reto personal, una de las experiencias más gratificantes y productivas de la vida de los futbolistas; o, por el contrario, convertirla en una de las experiencias más estresantes. Por lo tanto, en estas edades, los futbolistas, vayan o no a ser profesionales, han de sentir que jugar al fútbol puede convertirse, al menos, en una oportunidad para ser Felices. Ser Feliz merece la pena, la Felicidad es digna de esfuerzo, pero no hay que olvidar que, como todo en el fútbol, cuesta trabajo.