EL OJOPATIO

LA HORA DE LOS VECINOS

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El nuevo orden económico que se nos impone también está afectando de pleno al mundo asociativo. Los colectivos ciudadanos ya no pueden resistir más. El Ayuntamiento les debe aún casi el 70 % de lo que les concedió con cargo al pasado año, respecto al presente parece prácticamente inviable que pueda procederse a un nuevo concurso de ayudas. En cuanto a la Junta la convocatoria apareció en el apogeo del verano por lo que es bastante improbable que se resuelva antes de fin de año. De la Diputación ni hablamos. La asfixia se exterioriza cada día en forma de servicios o prestaciones que han de restringirse o definitivamente eliminarse, el teléfono, la prensa, la limpieza, el mantenimiento de la instalación o las actividades que a diario se ofertan. No obstante, la amenaza en ciernes es tan evidente como la oportunidad que se nos presenta de revitalizar el mundo asociativo. La lógica que imponen los mercados puede convertirse ahora en el escenario adecuado para optimizar esfuerzos y recursos a base de establecer alianzas, trabajar en red, abrir acuerdos de cooperación, recurrir a las antiguas sinergias, promover el diálogo y la cohesión social. Algunos colectivos, los más avezados, hace ya algún tiempo que pusieron manos a la obra. Otros comienzan a hacerlo ahora y la mayor parte se resisten. Es también el momento para favorecer que los ciudadanos se interesen más por el trabajo que realizan las asociaciones vecinales y sopesen la conveniencia de apostar por ellas, integrándose en las mismas y contribuyendo económicamente a su sostenimiento o, por el contrario, dejarlas caer definitivamente. El momento de promover la valoración de los impagables desvelos y renuncias de quienes hasta ahora han estado al frente de estos colectivos y de sus familias. Es una ocasión idónea para recuperar la esencia del movimiento vecinal y ciudadano que no es otra que la reivindicación de mejoras y oportunidades, la propuesta de alternativas a los problemas que nos afectan y el seguimiento del buen hacer de quienes legítimamente nos representan. Cierto es que corresponde a las instituciones facilitar y fomentar la participación ciudadana y el voluntariado social pero no lo es menos que corresponde a los ciudadanos fortalecer el modelo social que nos hemos dado con una activa implicación. En el tejado de los vecinos está. Es su hora.