Defensa errónea
Actualizado: GuardarEl presidente de la Generalitat, Artur Mas, cargado de vehemencia en la defensa de la inmersión lingüística, aseguró el jueves que los niños catalanes no solo obtienen las mismas notas en castellano que los de la genuina Castilla sino que lo hablan incluso mejor que los de Sevilla, de Málaga o de A Coruña, «porque allí hablan el castellano, efectivamente, pero a veces a algunos no se les entiende». El desahogo impertinente del líder catalán, que como presidente de la Generalitat representa a la sociedad de su comunidad autónoma, fue una imperdonable metedura de pata, y el propio Mas, consciente de ello, pidió disculpas ayer. Pero el sucedido tiene miga y no hay que ocultarla: la torpe afirmación que otorga a Castilla el canon lingüístico reduce el resto de España a simple periferia, y, puestos a comparar, Cataluña vale más para Artur Mas que los extrarradios gallego o andaluz. Los filólogos dudan que pueda asegurarse que 'el mejor castellano' sea el de Castilla, pero eso importa poco en este caso: lo grave es que la lengua, que nos vincula a los demás, se use a la primera oportunidad por algunos para dividir.