EMPORIO DEL ORBE

CLAVES PARA EL FUTURO

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Al parecer hemos aceptado que 2011 será un año perdido, y no solo en lo tocante a la economía, por ello nuestras miras y deseos se proyectan en el 2012. Parece de igual modo que se pierde el miedo a verbalizar lo que ya Rafael Román dijo hace tiempo; que se erró en el diseño del Bicentenario con sus múltiples oficinas y representantes, que el logo resta valor de marca y elimina opciones de posicionamiento a la ciudad y su entorno, y que el programa del evento no responde a los criterios propios de un acontecimiento de esta magnitud. En fin, que siendo conscientes de la dificultad del momento y de la necesidad de asumir de una vez por todas que el mundo ya no volverá a ser como antes, solamente queda apretarse los machos y apuntar claves para el futuro. Cuando muchos se empeñan en seguir haciendo las cosas del mismo modo y ahora que sabemos cuánto frena el inmovilismo que inunda la realidad de esta oligarquía política, es preciso decir un no rotundo a todo esto. Resulta lamentable sufrir y convivir con esas maneras de profesionales que como el rey sol se piensan que al ser depositarios de la voluntad divina están validados para imponer la suya propia. Ya basta, es preciso defender que no queremos que en nombre y en justificación de unas elecciones se diga que no es el momento de decir que las cosas pueden y deben ser de otro modo. Estas líneas tan solo pretenden acompañar y sumarse a ese grito silenciado que pide que se hagan las cosas de otra manera, sin «gobernar por gobernar» y sobre todo desterrando de una vez por todas argumentos tan deprimentes e invalidantes como por el «bien de la organización».