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La Voz

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Siete años hace ya que esta criatura nos acompaña a los gaditanos cada mañana, donde nos la encontramos esperándonos tranquilamente sobre la alfombrilla de la puerta de casa, en el kiosko o en el bar. En este tiempo, ha permanecido fiel a un principio exigente, como es el de que para ser un periódico honesto hay que gustar y cabrear a todos por igual, frente a lo cómodo que es gustar siempre a los que en cada momento detentan el poder. También siempre, como lector, me he sentido tratado con respeto a mi persona y a mi inteligencia.

En estos pocos años ha conseguido ser para muchos gaditanos la referencia informativa de la triple C: Carnaval, Cofradías y Cadiz CF, en este último incluso, manteniendo durante años la única columna de opinión crítica con VendeyVete y su Corte, a pesar del alto coste que a veces le ha supuesto.

En lo que me toca que es la Opinión, puedo decir que aquí estamos todos, desde los forofos de Intereconomía hasta los entusiastas del Régimen Andaluz pasando por los antiglobalización. A todos se nos ve el plumero, a unos más que a otros, y es bueno que sea así, porque como decía un sueco de apellido Myrdal, la objetividad es imposible por más que se pretenda y, puestos a ser subjetivos a pesar nuestro, más vale anunciar previamente de donde parte cada uno. Confieso que para mi escribir en LA VOZ ha sido un ejercicio de liberación que además, me ha permitido deshacerme de algunos complejos ideológicos.

De entre todas las firmas, confieso mi debilidad por Landi y Vallejo, ambos tienen publicados artículos, que para mi son de culto. No puedo olvidar 'Los cien mil nietos de Muñoz' de Landi, premonitorio sobre el futuro, ya triste realidad, de nuestra Bahía. Con Yolanda me pasa, sencillamente, que ella cuenta las cosas como a mi me gustaría saber hacerlo. En ambos casos van sobrados de frescura y descaro, cuyo único fundamento es que escriben lo que quieren sobre lo que les da la gana. Por esto mismo, aunque no con tanto acierto, encima me regalan el periódico. Así que, querida LA VOZ, ¡qué cumplas muchos más!