ADIÓS AL VAPOR
Actualizado: GuardarDespués de reposar cuatro semanas en el fondo de la dársena de su muelle, el Vapor volvió a emerger gracias a la pericia de un grupo de trabajadores portuarios que con maestría lo arrancaron de los lodos. Durante estos veintiocho días, mecido por las corrientes marinas y seguro que visitado hasta sus entrañas por multitud de peces que hasta ahora solo podían ver su casco surcando la superficie, seguro que se habrá sentido de lo más decepcionado. En un primer momento, cuando en solo unos minutos, fue llenándose de agua y sumergiéndose en las profundidades seguro que su alma pensaba que sus dos ciudades, El Puerto y Cádiz, iban a movilizarse masivamente para procurar su salvación, iluso. También, en esos momentos de agonía, uno de sus últimos pensamientos irían dirigidos hacia esas entidades, que al haberlo declarado como Bien de Interés Cultural, correrían presurosos a rescatarlo, más que iluso. En unos primeros momentos todos quisieron ponerse medallas. Desde Madrid, hasta el propio Ministerio de Medio Ambiente, se ofreció incondicionalmente, desde El Puerto, su Ayuntamiento, desde Cádiz, el nuestro, y Cultura desde la Junta y. pare usted de contar, todos. Pero también todos, poco a poco y a la chita callando, hicieron mutis por el foro. Cuando los medios dejaron de sacar su naufragio en portada, interesó menos, o mejor nada y lo dejaron al pairo. Menos mal que la Autoridad Portuaria y gracias a que estaba ocupando una dársena comercial ha asumido su reflotamiento. Ahora, como un perrito callejero, sucio y destartalado, se encuentra en La Carraca para ver lo que hacen con él. ¡Qué pena! Hace poco surcaba orgulloso atravesando la Bahía y ahora, cabizbajo, espera su destino final. Creo, que ante las reacciones observadas durante estas semanas, ya no podremos identificar los pitos de su sirena cuando salta el levante. El Vapor, nuestro Vapor, desgraciadamente ha pasado a mejor vida, como tantas cosas de Cádiz.