CALLE LARGA

TODO UN CABALLERO

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Que los tiempos están cambiando a una velocidad alarmante es una realidad que no vamos a descubrir nosotros ahora. Pero como dice el anuncio de una marca de embutidos , las cosas buenas no deberían nunca de cambiar. Me refiero que hasta hace poco era bastante normal darles el trato de «caballero» a personas que por su distinción, cultura, estudios, etc .tenían un porte especial. Era frecuente cuando en un bar o café se decía «¿Qué va a tomar el caballero?» o al anunciar una visita se decía «hay un caballero que desea verle» o «un caballero le está esperando» . Hoy -por supuesto que con excepciones- se suele escuchar, «qué va a tomar» o «un hombre le está esperando ahí fuera», y expresiones por el estilo. Pero la verdad sea dicha, que cada vez hay menos personas que sean merecedoras de tal calificativo. Los que tienen la paciencia de leer cada martes 'Calle larga' se estarán preguntando a qué vienen todas estas consideraciones. Pues vienen a cuento porque el viernes pasado tuve el honor de organizar en nombre de la Fundación Xerez Club Deportivo, a quien me llena de orgullo pertenecer, un entrañable homenaje a un jerezano de los que creo que se merecen llevar ese apelativo y con mayúsculas. Don Sixto de la Calle, fundador junto con un entrañable grupo de jerezanos allá por septiembre de 1947, concretamente el día 24 festividad de Ntra.Patrona la Virgen de la Merced , de nuestro querido Xerez CD, siendo también su primer presidente. Merecidísima la distinción de nombrarle Presidente de Honor de nuestra fundación, según idea que hace unos meses, durante el transcurso de una de las Conferencias organizadas en el Casino Jerezano, lanzó otro gran xerecista, Salvador Pineda, hombre que durante toda su vida luchó de una manera totalmente desinteresada por la cantera . También, y como era lógico, el Xerez Deportivo, se unía al homenaje imponiéndole la insignia de oro y brillantes, máxima distinción de la entidad , el acto sencillo pero emotivo asistieron todos los que tenían que estar para rendirle homenaje de cariño y respeto, no solo por los merecimientos adquiridos antes enumerados, sino por haber sido durante toda su vida TODO UN CABALLERO.