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El hijo y el socio del fallecido Pedro Bores tranquilizan a la plantilla de Puerto Sherry

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Después de la trágica muerte el pasado sábado del empresario sevillano, Pedro Bores, copropietario de la concesionaria de Puerto Sherry, en un accidente de caza, la pregunta obligada era si esta desgracia afectaría de alguna manera al relanzamiento del complejo náutico y turístico. Pero ayer mismo, el hijo mayor del empresario y el socio de Marina del Puerto (la firma que recuperó la gestión del complejo en 2008), Joaquín Rivero, mantuvieron ayer una reunión con la plantilla de Puerto Sherry. En este encuentro con los trabajadores también estuvo el gerente de la sociedad José Luis Tejada, y persona de confianza en la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz.

En la reunión, el hijo del fallecido, Simón Bores, y Rivero dieron oficialmente la mala noticia de la muerte de Pedro Bores y quisieron transmitir un mensaje de tranquilidad y continuidad en el proyecto que el finado había convertido en suyo en los últimos años de su carrera profesional. De hecho, los que le conocieron aseguran que el relanzamiento de Puerto Sherry era el legado que quería dejar, como colofón de su vida profesional, antes de retirarse de los negocios.

El oficio religioso por el alma de Pedro Bores se celebró ayer a medio día en el tanatorio cordobés de Las Quemadas, en la más estricta intimidad, en una ceremonia a la que asistió solo su familia y algunos amigos. El empresario sevillano, afincado en Madrid, inició su trayectoria profesional en Minas de Riotinto. Más tarde trabajó para Marc Rich y Citibank, lo que le hizo vivir una larga temporada en Nueva York y Londres. Posteriormente formó parte de empresas como Bami (de donde procedo también su socio, Joaquín Rivero), Transmediterránea y Española de Zinc. En la última etapa de su carrera se había centrado en su vocación, los puertos deportivos. En 2008, el empresario desembarcó en el proyecto de Puerto Sherry, junto Joaquín Rivero.