Las saudíes empiezan a mandar
El monarca árabe permite que las mujeres participen en las próximas elecciones como votantes y candidatas
Actualizado: GuardarEl pasado 24 de agosto Mayla Hariri fue detenida en la ciudad de Yeda, al oeste de Arabia Saudí, por conducir un coche. La policía multó a esta activista con 300 reales (55 euros). Aquí puede parecer una locura prohibir que una mujer conduzca un coche, pero en Arabia Saudí rige una estricta interpretación de la ley islámica o Sharia, que también obliga a la mujer a viajar siempre acompañada de un varón en los transportes públicos.
Ante tan frustrante panorama es difícil encontrar alguna esperanza de cambio... hasta ayer. El rey saudí, Abdalá bin Abdelaziz decidió por sorpresa permitir la inclusión de las mujeres en el Consejo Consultivo y que participen en las próximas elecciones como votantes y candidatas.
Durante el discurso que pronunció ante el Consejo de la Shura, similar al Parlamento aunque sin poderes legislativos, el monarca abrió una pequeña puerta a la igualdad entre hombres y mujeres. Arabia Saudí es el único estado del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico, integrado por Emiratos Árabes, Omán, Catar, Baréin y Kuwait, con un consejo consultivo en el que no se permite la participación femenina.
En esta monarquía absoluta el Consejo -designado directamente por el rey- solo recomienda y aconseja sobre los asuntos internos del país sin ningún tipo de control al gobierno. Desde su creación en 1992 las mujeres nunca han participado. Este avance sabe a poco y a mucho. Teniendo en cuenta la degradante posición que ocupa la mujer en la religión islámica, las palabras del rey son toda una delicia.
«Todo el mundo sabe que la mujer musulmana en nuestra historia islámica ha tenido posiciones que no pueden ser marginadas, tanto por su buena opinión como por su buena consulta, desde la era del profeta», afirmó Bin Abdelaziz.
Amnistía Internacional lucha contra la grave discriminación que sufren las mujeres saudíes en casi todos los aspectos de su vida cotidiana, tratándolas como ciudadanas de segunda clase. Tras la 'primavera árabe' con las revueltas en Túnez, Egipto o Libia, el mundo más enraizado en la falta de derechos y libertades puede llegar a su fin. «La vida de las mujeres va a cambiar», auguró la escritora marroquí Lelila Abuzeyd, gran defensora de la mujer.
Hoy las mujeres saudíes siguen sin poder conducir un coche, y aunque todavía existan miles de obstáculos para conseguirlo ya se ha dado un pequeño y primer paso por la igualdad.