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Los más arriesgados apuestan por los bares
Muchos emprendedores deciden abrir negocios de hostelería en la Bahía como alternativa laboral a pesar de la crisis El número de licencias de apertura de locales se ha mantenido en la capital en el último año
CÁDIZ / SAN FERNANDO. Actualizado: GuardarDesde el año 2007, cuando ya se empezaba a hablar de crisis, el comercio no ha cesado de recibir malas noticias. Informes tras informes han hecho referencia durante los últimos duros meses solo a cierres de locales y a reducciones de plantilla. Pero en medio de tan fatales resultados se puede abrir una brecha de luz y hacer una lectura algo más positiva. No se pueden obviar los 672 establecimientos gaditanos de hostelería que tuvieron que echar el cierre el pasado 2010 -según recoge el Anuario Económico de España publicado recientemente por La Caixa- ni los 2.000 comercios que se han visto abocados al fracaso. Pero hay otra realidad que se palpa en las calles: la apertura constante de pequeños negocios, sobre todo de hostelería, en el caso de la capital. Un fiel reflejo de que aún, y a pesar de todo, la iniciativa emprendedora sigue moviendo a jóvenes con inquietudes y con ganas de un cambio. Y los datos confirma la teoría. Según el Ayuntamiento de Cádiz, desde el pasado mes de enero hasta agosto se concedieron un total de 150 licencias de aperturas de establecimientos, mientras que en el mismo período de 2010 se aprobaron 152 expedientes de inicio de actividad. Es decir, aunque la crisis sigue tocando fondo, la cifra de locales que abren sus puertas no ha variado apenas, o lo que es lo mismo, los empresarios han mantenido durante este tiempo la esperanza de levantar un comercio y, con él, la economía local. Para el presidente de Horeca, Antonio de María, estos datos habría que valorarlos teniendo en cuenta cuántos locales terminan cerrando y después de cuánto tiempo de actividad. Es cierto que, según ya afirmó el presidente de Cádiz Centro Comercial, Juan Tovar, desde el verano de 2007 hasta la actualidad, el 40% de los establecimientos ha echado la baraja. Sin embargo, para cada uno de los emprendedores que luchan por mantener en pie sus ilusiones estas cifras son una señal de que aún hay quien se inicia en la aventura de dar a Cádiz el negocio que necesita.
Zonas claves
Esta es la idea que expresa un joven empresario que hace cuatro meses abrió una heladería en la calle Real de San Fernando, Ismael Delgado. Ismael explica que él intenta seguir un lema: «No me gusta protestar e intento buscar siempre soluciones». Así, lamenta que haya «tantas quejas de la falta de trabajo que hay en la Bahía de Cádiz» y a la hora de la verdad pocos se atreven a darle solución. Al hilo de esta cuestión, Ismael afirma que «lo fácil es estudiar unas oposiciones y meterte a funcionario para seguir quejándote de la mala situación económica. Muchos hablan de que si a Cádiz le hace falta, por ejemplo, una gran discoteca, pero nadie la monta». Para este joven propietario de la heladería El harte en la Real, la salida está en dejar de buscar cobijo en los malos datos y hacer propuestas de futuro: «Cuanto más apuestes más posibilidades tienes de fracasar pero también más de triunfar».
Además de este pequeño negocio, hay otros tantos en la calle Real, que se ha convertido en una de las mejores oportunidades para bares y restaurantes. Así lo señalan al menos la organizaciones de comerciantes de la ciudad al asegurar que estos negocios son los que menos se han resentido por la crisis y por el retraso en las obras del tranvía. Incluso se han producido aperturas aprovechando el tirón del nuevo medio de transporte y así, en frente de la plaza del Rey, han inaugurado un bar que se llama El Tranvía. Otros han aprovechado el Bicentenario para atraer a la clientela, como el caso de la Posada de 1810, en la Alameda. Lo cierto es que los establecimientos hosteleros están proliferando en esta arteria de la ciudad, como por ejemplo La Tapería de Javier. La hostelería también está tirando de nuevas zonas en auge como la Ronda del Estero con nuevos restaurantes de comida rápida o la ampliación de bares señeros de la ciudad como La mar de Fresquita, que ha abierto otro local en la zona. Además, se han concedido licencias de apertura en el Barrero y está en trámites otra en el Cerro.
En el caso de Cádiz, también son los negocios de hostelería los que están apostando más fuerte. Buen ejemplo es la reciente apertura del restaurante Piquislabis y de la heladería La Cremería en la Avenida o la nueva yogurtería San Sebastián de la calle Compañía. Asimismo, próximamente se abrirá una cervecería en el bajo del edificio Brasil y la cafetería Royalty en la plaza Candelaria.
No obstante, en Chiclana la situación es distinta. Allí funcionan mejor los negocios de ropa, como la tienda recientemente abierta de la cadena In Side, en la calle Vega. Además, se habla de que en los próximos meses podrían aterrizar en la ciudad algunas otras cadenas que todavía no tienen representación comercial, como Springfield. La Gerencia Municipal de Urbanismo de Chiclana ha tramitado en los últimos meses medio centenar de licencias para la apertura de establecimientos comerciales de diversa índole. Pero apenas media docena de ellas se corresponden a solicitudes de permisos para abrir negocios hosteleros.