El PP pide tiempo para sacar a España de la crisis tras el 20-N
Cospedal adelanta que un futuro gobierno popular tendrá que pedir un «esfuerzo solidario a los españoles»
ZARAGOZA. Actualizado: GuardarNadie en el PP se plantea otro escenario para la noche del 20-N que no sea una victoria de Mariano Rajoy. La única duda que albergan los populares en esta precampaña es si su líder obtendrá en las urnas la mayoría absoluta que le permita sacar adelante sus reformas sin la necesidad de pactar con ningún otro grupo parlamentario. Así quedó patente ayer en la apertura del foro sobre administraciones públicas que celebran en Zaragoza.
María Dolores de Cospedal explicó que el futuro Ejecutivo de Rajoy necesitará «un tiempo prudencial» para sacar a España de la crisis. La secretaria general del PP quiere ahuyentar la imagen de que su formación posee la fórmula mágica para encontrarle un empleo de la noche a la mañana a los cinco millones de españoles que hoy están en el paro. La lugarteniente de Rajoy también advirtió, aunque de una forma más velada, que también serán necesarios nuevos sacrificios para devolver al país a la senda del crecimiento. De hecho, avisó de que el PP reclamará «un esfuerzo solidario a los españoles». Lo que no hizo es detallar en qué consistirán esos sacrificios. Rajoy ya se ha comprometido a no tocar «de momento» ni el IRPF ni el IVA, dos de los principales instrumentos recaudatorios con los que cuenta el Estado y el PP, además, rechazó en el Congreso el controvertido decreto con el que el Ejecutivo socialista congeló las pensiones de los jubilados y reducía el salario de los funcionarios (entre un 5% y un 10%).
El secreto, por lo tanto, solo se desvelará tras las elecciones generales, aunque no habrá que esperar mucho. Cospedal aseveró que Rajoy «no perderá ni un solo día» en acometer todas las reformas que considere necesaria. Uno de los cambios estructurales que se anuncian como más ambicioso será el de las administraciones públicas. El PP aminorará los presupuestos de todos los ministerios, eliminará los gastos «prescindibles» y pospondrá todas aquellas inversiones y partidas que, aún siendo importantes, no sean urgentes. Eso sí, habrá una línea roja que los populares no rebasarán cuando lleguen a la Moncloa. Rajoy «potenciará» sanidad, educación y las políticas sociales.
Los populares sugieren que los socialistas intentarán sembrar dudas durante la campaña electoral sobre los planes de ajuste que ya han comenzado a ejecutar los nuevos presidentes autonómicos del PP, entre ellos la propia Cospedal en Castilla-La Mancha. «Van a decir que para solucionar la catástrofe económica que nos han dejado no es necesario todo esto y que nuestros planes no crean ni ilusión ni mucho menos empleo». La secretaria general lamentó que el PSOE recurra a la «demagogia» para desacreditar los planes de ajustes puestos en práctica en las comunidades gobernadas por su partido.
En clave electoral, pidió a los ciudadanos que reflexionen sobre lo que se pone en juego el 20-N: Apostar por Mariano Rajoy y su decidido plan reformista o por «una versión acartonada del peor gobierno de la democracia», en alusión a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Adelgazar la administración
Los populares abogan por reformar la administración pública, pero a «la luz del estado de las autonomías». Cospedal, que no concedió preguntas y eludió pronunciarse sobre asuntos de actualidad como el último comunicado de los presos de ETA, sí ironizó sobre el caso Faisán. Comentó que el PP está repoblando todas las comunidades autónomas que ganaron el pasado 22 de mayo de los principios de austeridad y eficacia, «como se repobla un coto de caza con faisanes, si se me permite la broma».
Durante la primera jornada de este foro, que hoy clausurará Mariano Rajoy, también intervinieron otros dirigentes populares como Antolín Sanz, secretario general del Grupo Popular en el Senado, que planteó la necesidad de reducir el gasto de personal en las administraciones públicas que consume el 37% del presupuesto global. Asimismo, tildó de «inaplazable» instaurar el principio de «una competencia, una administración» para acabar con «la duplicidad y el despilfarro».