Asaja y Grupo Remolachero, por la supervivencia del cultivo
Destacan la vocación de los agricultores del sector por mantener su apuesta, «pese a los anuncios de boicot» a la Remolachera de Cádiz
JEREZ. Actualizado: Guardar«Tras los anuncios públicos del boicot» a la Remolachera de Cádiz, Grupo Remolachero y Asaja-Cádiz quisieron romper ayer una lanza «a favor de la supervivencia del cultivo» y destacaron «la vocación de los remolacheros de la provincia por seguir su apuesta por este cultivo tan emblemático».
Ambas organizaciones están empeñadas en «la viabilidad» del cultivo y, sobre todo, «en conseguir su rentabilidad», por lo que vienen desarrollando «un intenso trabajo» desde la pasada campaña para intentar conseguir tres «objetivos indispensables»: mejorar las condiciones del cultivo, evitar el abandono por la vocación remolachera de los agricultores de Cádiz y evitar el cierre de la única azucarera que existe actualmente en Andalucía.
Las dos asociaciones afirman tener «visión de futuro» y mantienen que, si se cumplen estos preceptos, «se apoyará a los productores dándoles motivos reales para que sigan apostando por la siembra, deseo que tienen todos los remolacheros de la zona porque realmente creen en el cultivo y en que puede salir adelante». Y, por supuesto, se muestran contrarios a incentivar medidas como el boicot a la industria «que no vienen más que a restar, en vez de sumar, en un momento crucial para el cultivo».
Al hilo de lo dicho, Grupo Remolachero de Cádiz y Asaja-Cádiz también consideran oportuno alcanzar medidas como la ayuda para la siembra temprana, ayudas al transporte e intentar encontrar una fórmula para la financiación de las ayudas procedentes de la Junta que «en los últimos tiempos se retrasan más de lo deseable».
Reforma de la OCM
Apuntan, asimismo, que la reforma de la OCM del azúcar de 2006 ha supuesto el cierre de muchas fábricas así como el abandono de casi la mitad de la producción española de remolacha, «demostrándose claramente nefasta para el sector remolachero-azucarero europeo y especialmente el español, que ha visto reducida a la mitad su capacidad de producción, mientras que el consumidor comunitario ha visto cómo crecía de forma absolutamente injustificada su dependencia del azúcar importado, cuyos precios se sitúan incluso por encima de los precios comunitarios».
Añaden que el mencionado es un hecho que en Andalucía ha supuesto el cierre de dos fábricas, una de ellas en Jerez, «y con el menoscabo a todos los agricultores, tradicionalmente remolacheros, que vieron cómo sus ilusiones y modo de vida se fueron al traste».
Por otra parte, recuerdan que el sector remolachero que permanece hoy en España «está altamente profesionalizado y sus rendimientos por hectárea se sitúan entre los más altos de la UE, con una capacidad de producción por encima de la cuota que tiene asignada y con capacidad de proveer a la industria azucarera española y europea».