entrevista

«En este negocio te compran como te vendes»

«No debemos ponerle camisas de fuerza a las historias», asegura el escritor de cine mexicano Guillermo Arriaga Director y guionista

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Guillermo Arriaga (México D.F., 1958) viste casi siempre con camisa y pantalones, con muchos bolsillos, negros. La única nota discordante son unas zapatillas grises y unas minúsculas gafas. Está contento de ser jurado en San Sebastián, situación que repite tras participar en la edición de Venecia del año pasado. Aunque Arriaga no ha podido ver mucho. Confiesa que, de lo poco que ha visto, le ha encantado la unión entre el río Urumea y el Cantábrico. «Me pondría con una caña. Tiene que haber muchos peces», confiesa.

-Siempre ha rechazado la palabra guionista. Prefiere denominarse escritor de cine. ¿Está usted enamorado de las palabras?

-Nadie se enamora de sus palabras. Yo someto lo que escribo a un grupo de amigos que generalmente destrozan lo que hago. Yo lo cuestiono, le doy vigor y vueltas. Pero hay una razón de por qué está escrito así. Lo comentaba con Álex de la Iglesia. Hay un trabajo, un rigor, una disciplina y una coherencia interna de lo que has escrito para que alguien en un minuto quiera cambiarlo. Me ha pasado que cuando los actores improvisan hay problemas porque al final no saben dónde ponerse.

-¿Es una pelea?

-En absoluto. El director dirige, el actor actúa, el escritor escribe y el productor produce. Yo no le digo al actor quítate que me pongo yo. Es profesionalismo. Es como si el portero se pusiera de centro delantero.

-¿Cómo se siente en la industria estadounidense?

-Estados Unidos es una meritocracia. Si ven un chino, un ucraniano o de donde que lo haga bien, se van a por él. Cualquier estudio quiere encontrar gente nueva como José Padilha ('Tropa de elite') que va a hacer 'Robocop'. Ahora bien, si tú caes en el sistema y te dejas seducir, puedes perderte.

-¿Y usted se ha perdido?

-En absoluto. Se han hecho todas las películas como las escribí. Puse la música que yo he querido. Sucumbe quien quiere sucumbir. En este negocio te compran como te vendes. Si yo te dijera todas las películas a las que he dicho que no, o me matas o crees que estoy loco. He dicho que no a películas que han ganado Oscars.

-¿Con qué lo han tentado?

-Con actores y directores que admiro muchísimo. Yo entre en el cine por dinero sino por la pasión de hacer cosas.

-¿Considera que su estilo ha influenciado a muchos directores?

-No lo sé. El cine es un arte muy joven que está intentando encontrar su propio lenguaje.

-¿Separa entre guion y libro a la hora de escribir?

- 'Retorno 201', que escribí a los 24 años, tiene todas las estructuras. '21 gramos' se debe a un cuento que se llama 'El Paso'. 'Amores perros' se lo debe a un cuento llamado 'Lily'. Y 'El búfalo de la noche' no avanza de una forma lineal sino que se van traslapando las cosas.

-Ya que habla de libros, ¿qué pasa con 'Escuadrón Guillotina'? Era un proyecto que iba a desarrollar con De la Iglesia.

-Hace catorce años Andrés Vicente Gómez, me compro los derechos del libro y me dijo que tenía al director perfecto: Álex de la Iglesia. Pero no se ha hecho la película. Ahora es una posibilidad.