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Se rompe la piña de los Cortés
Detienen al padre de Mariluz y a otros cuatro parientes tras una bronca familiar que acabó con un herido por un perdigón
Actualizado: GuardarFue una discusión familiar que se salió de madre. Pero que en ningún caso habría llegado ni a una nota breve en los periódicos de no ser quiénes son. Los Cortés regresan a las portadas de los noticieros a cuenta de un rifirrafe doméstico que acabó con un herido de escopeta (al parecer una carabina de balines) y cinco detenidos, entre ellos, Juan José Cortés (Huelva, 1969), el padre de la niña Mariluz, el padre coraje de España.
Hoy, cuando los implicados presten declaración ante el juez, se tendrá un relato más exacto de lo que ocurrió en la madrugada de ayer en la barriada de El Torrejón (Huelva) y de los motivos que llevaron a cinco miembros de la misma familia a enzarzarse en una bronca que terminó a tiros y que ha devuelto a los Cortés, de nuevo a su pesar, al primer plano de la actualidad.
La trifulca de la que ayer se hicieron eco todos los informativos tuvo lugar de madrugada, en la calle Dalia, donde reside parte de la familia Cortés. El origen de la bronca está por aclarar, pero de un modo u otro hubo alguna alusión al 'caso Mariluz'. Según las primeras informaciones, Juan José habría regresado a casa después de grabar un programa de entrevistas en una cadena local de Sevilla, 20 TV, y se habría encontrado el altercado. En un momento, de las palabras se pasó a los gritos y de ahí a coger alguna escopeta. Se sabe que Juan José ni tenía arma ni disparó. Él más bien habría tratado de mediar en la disputa, hasta que se vio metido en ella como el que más.
A las dos y media de la madrugada un testigo avisó a la Policía Nacional, que envió varias patrullas. Los agentes encontraron a un hombre con una herida de balín en la cabeza y arrestaron a cinco personas: Juan José Cortés, sus dos hermanos (tiene otra hermana), su padre y su cuñado (el hermano de su mujer). El herido -leve- es otro familiar, un tío de Juan José (por parte de su esposa), que denunció a sus cinco parientes y que requirió de una cura de urgencia, aunque fue dado de alta horas después -él no está detenido-. Fuentes cercanas al caso atribuyeron la pelea a algo espontáneo «y pasional» porque la familia a pesar de algunas «envidias» a las que hizo referencia la mujer de Cortés ayer, «se lleva bien», dijo una fuente oficial.
Desde que ocurriera la desgracia de Mariluz (la niña fue asesinada por su vecino el pederasta Santiago del Valle hace tres años), los Cortés han sido una piña. Y Juan José, un ejemplo de mesura para todo el país. Contundente -dice que la reinserción de los pederastas «es imposible» y que «el sistema judicial no funciona»- pero comedido en sus declaraciones públicas. Emocionado -«tenía un paraíso que me lo han arrebatado»-, pero sereno -«creer en Dios está por encima de todo»-. El padre de Mariluz ha sido incansable. Ha recorrido el país recogiendo firmas a favor de la cadena perpetua, ha procurado consuelo a familiares de desaparecidos y ha dado un ejemplo soberbio de cómo sobrellevar el dolor.
Una actitud que le ha originado algún reproche en su propia casa, especialmente por parte de su padre, el abuelo de Mariluz, que siempre se ha mostrado más beligerante contra Santiago del Valle, condenado a 22 años de prisión por abusar y matar a Mariluz. Y parece que algún reproche de este tipo, por no «vengar» la muerte de la pequeña, se escuchó de boca de algún pariente cercano en la bronca del martes, lo que habría hecho saltar a Juan José, que siempre se ha mostrado incansable en la búsqueda del culpable del asesinato de su hija.
La tragedia
Mariluz tenía 5 años y era, dicen sus padres, un sol de chiquilla. El 13 de enero de 2008 salió a comprar chucherías a un quiosco cercano. No tenía que haberle pasado nada, que en El Torrejón, una zona periférica de Huelva donde viven unas 4.500 personas, los vecinos se conocen y los niños todavía juegan en la calle. Pero se topó con la desgracia junto a casa. Desde aquella maldita tarde su padre se ha encargado de que el nombre de su niña no caiga en el olvido.
No se ha quemado a pesar de la exposición mediática y ha llegado a ser asesor del PP en la reforma del Código Penal -sin cobrar-. Desde el partido que le dio cobijo -antes era afiliado al PSOE- pidieron ayer «prudencia»: «Permítanme que tenga la cautela de esperar a tener toda la información de lo que ha acontecido», dijo el dirigente popular Javier Arenas. Tampoco hicieron valoración alguna desde el Ayuntamiento de Huelva, al que pertenece la barriada de El Torrejón.
Los que hablan sin tantas cautelas son los vecinos. Quién más quién menos conoce a Juan José -y eso que desde hace tiempo vive a caballo entre El Torrejón y Sevilla-. Porque a nadie ha pasado inadvertido su drama y porque es también un pastor muy popular de la Iglesia Evangelista.
«Es muy buena gente, un hombre súper pacífico. No entra en mi cabeza que haya podido meterse en ninguna movida», cuenta un viejo amigo del colegio que hoy regenta un negocio en el barrio. Dice que si participó en la discusión «le tuvieron que provocar», porque lo de Juan José siempre ha sido el diálogo -ya fue delegado en la escuela-.