La 'socialdemagogia' en estado puro
ABOGADO Actualizado: GuardarGobernar es decidir, asumir responsabilidades, es tener entereza ante la adversidad para alcanzar el bien común en aras al interés general. A la vista de lo expuesto ¿ha gobernado nuestro gobierno? La respuesta, la evidencia más absoluta. El Gobierno de España se ha caracterizado estos cuatro años por ser una pandilla de aficionados, nada más. Ahí están los resultados. La demagogia se ha instalado en el poder, en forma de buenísimo de izquierdas. Y en cualquier momento de la historia, ese camino emprendido ha resultado ser nefasto para todos los ciudadanos. España se ha visto obligada por las circunstancias y porque no se nos olvide, fue rescatada en el mes de agosto, cuando el BCE decidió la compra masiva de bonos españoles, a emprender su camino hacia la germanización. Este va a ser un proceso muy duro para nuestro país, pero sin dudas necesario. Ahora nos toca enmendar los desaguisados cometidos, que por muchos son incontables. Hemos comenzado a hacer nuestros deberes, de momento a medias, y no comenzaremos a otear el horizonte hasta que se produzca el desapalancamiento en el que nos vemos inmerso, por la errática y penosa política seguida por la reunión de amiguetes en la que ha consistido el Consejo de Ministros estos últimos años. Para aseverar lo que digo, analicemos simplemente un par de cuestiones sucedidas en los últimos días, que sí dispusiésemos de espacio serían muchas más.
1º). El Rubalcatrazo o impuesto del patrimonio. Lo define la ley como un tributo directo y naturaleza personal que grava el patrimonio neto de las personas físicas. Su reaparición en el contexto financiero y fiscal del Estado, podría adolecer de defectos de forma importantes. Pero, lo que el candidato socialista pretende, es el efecto propagandístico y conciliarse con las bases de la izquierda más ideologizadas. El artículo 86 de la Constitución establece, que en caso de extraordinaria y urgente necesidad el Gobierno podrá dictar disposiciones legislativas provisionales, que no podrán afectar entre otros, al régimen de las comunidades autónomas. La Disposición Transitoria Sexta de la Ley 22/2009, por la que se regula el régimen financiero de las comunidades autónomas, establece que estas percibirán una compensación por la supresión del gravamen del Impuesto sobre el Patrimonio de los años 2009, 2010 y 2011.
Además, el hecho de la recuperación del impuesto por Real Decreto-Ley, exigirá su convalidación por el Congreso y al no haber tiempo para ello en esta legislatura, serán las próximas Cortes las que lo lleven a cabo. Entrando en el fondo del impuesto, este responde a tres parámetros cuya conjunción determinan su ámbito real de aplicación, la edad suficiente del sujeto que le permita la acumulación del patrimonio neto, lo que lleva implícito además, el esfuerzo para conseguirlo y por último, el ahorro como antítesis del gasto. Su condición de impuesto injusto basado en la falta de equidad, se fundamenta en el doble gravamen, ya que grava elementos previamente gravados como son, los impuestos sobre bienes inmuebles, los impuestos a las rentas del capital y del ahorro, el impuesto a las rentas de las personas físicas y el impuesto de sociedades. Tan solo hace dos años, en 2009, en plena crisis, ZP argumentó su supresión, «por la consideración del mismo, como injusto e irracional, porque gravaba fundamentalmente el ahorro de las clases medias y porque su eliminación garantizaba la igualdad de los españoles». Una vez más se ha tomado la dirección contraria, porque lo que realmente necesita la economía española es una amplia reforma fiscal que revise precisamente los impedimentos impositivos que penalizan el ahorro y la inversión productiva. Amén de favorecer la entrada de capital extranjero, estableciéndose un marco adecuado para la creación de patrimonios, que considere nuestro entorno fiscal, para que el ahorro y el capital en forma de patrimonio no emigren fuera de nuestras fronteras.
2º. Cataluña, entre el 'catalá al'atac' y el caganer. Así son las cosas ahora. El nacionalismo catalán, una vez más se arroga el privilegio de desobedecer a los tribunales. El deber de cumplir las resoluciones judiciales, es base del sistema judicial y del Estado de derecho. Sin embargo, estos señoritos del nordeste de España, anuncian el desacato a la resolución del Tribunal Supremo, con la argumentación de que las leyes aprobadas por el Parlamento catalán están por encima del Tribunal Supremo. Siendo todo vergonzoso, lo más chocante son las manifestaciones en apoyo de la insumisión y el beneplácito explícito del PSOE al recurso presentado. Cuando leí y traduje la frase aparecida en la prensa catalana de 'catalanes al ataque', pensé que era una declaración de guerra. Contra palabras y actitudes necias, la ley. En este caso la propia Constitución Española, cuyo artículo 8.1 establece que las fuerzas armadas, ya que hablan de ataques y eso me suena a guerra, a confrontación bélica, tiene como misión garantizar la soberanía de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Así es que, después de saber del recurso presentado por la Generalidad de Cataluña, así se dice en español, entendible también así en Cataluña, por ser lengua oficial del Estado y cooficial en ese territorio español, no tengo más remedio que convertirme en figurita de belén, un caganer más, y limpiarme con esa parte del rollo judicial en qué consiste el procedimiento en la segunda instancia, el recurso planteado a pesar de sus asperezas, producto del contenido del mismo y del tipo de papel en los que se plasman los documentos judiciales.
Me consta que la terrorífica frase, producto de la fortuita casualidad del palíndromo (palabra que leída al revés da otra existente en el idioma) es el modo de expresar por algunos, eso espero, sólo unos pocos, su odio secular a lo español en Cataluña. Por eso, el párrafo anterior 'in fine', «es solo producto de mi ofuscación, ya que no había percibido la carambola escrita en forma de palíndromo», ya que en el fondo este se refiere a las palabras, como kayak o anilina, no así a las frases. Me cogieron desprevenido con frases 'palindrópicas'. No se puede estar en todo, perdónenme. En donde sí estoy, es en la percepción calamitosa de la pésima gestión financiera-económica y patrimonial llevada a cabo por los gestores autonómicos catalanes, cuyos actuales gestores pretenden esconderla tras mitos falsos, como el déficit fiscal catalán. Sólo un dato, la financiación por ciudadano catalán, supera en un 3% la media nacional de fondos per cápita, en un entorno extrapolable de competencias autonómicas de carácter homogéneas.