MENUDO DESASTRE

Menudo desastre. Hace mal la Unión Europea en anunciar a bombo y platillo este tipo de reuniones, en las que se reúnen los ministros de Finanzas sin haber consensuado previamente algún resultado tangible y presentable. Al final, despiertan grandes expectativas previas para terminar sumidas en el fracaso más absoluto, ante una población atónita. Es lo que pasó ayer, agravado el hecho por la presencia del secretario del Tesoro americano, lo que convertía la cita en algo más especial y solemne. Sin duda alguna era la ocasión para despejar todas las dudas con actuaciones firmes y decididas, con soluciones para los muchos problemas que aquejan a la Unión.

Pues no. Geithner solicitó una ampliación del fondo de rescate para regar el sistema con dinero e impedir que la recesión campe por los páramos del actual estancamiento y la falta de liquidez. Le oyeron, pero no le escucharon, y, desde luego, no le hicieron caso. El secretario Geithner se vuelve más preocupado de lo que llegó, al comprobar el gran estruendo del gallinero europeo. Y luego está lo de Grecia. Eso ya no es guirigay, eso es un auténtico manicomio. Los griegos aseguran que carecen de dinero para pagar incluso las nóminas y la UE, que ha aprobado un segundo paquete de medidas, se muestra incapaz de desbloquearlas. Unos países, a causa de sus propios problemas internos de justificación, ya sea esta popular o legal. Otros, porque exigen a cambio unas garantías que Grecia no puede dar y, algunos más, porque no están en condiciones de dar de comer al hambriento, ni de beber al sediento, debido a su propia falta de alimentos. Total, nada. Seguimos como estábamos.