Editorial

Disciplina autonómica

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La decisión de la agencia Fitch de rebajar el 'rating' de cinco comunidades es consecuencia lógica de que al cierre del primer semestre el déficit autonómico había llegado al 1,20% del PIB, cuando el máximo establecido para todo el año es del 1,30%. El recurso al endeudamiento regional, que a partir de la reforma en trámite se verá limitado constitucionalmente, representa ya una práctica sujeta a estrictos criterios de solvencia por las propias exigencias del mercado. Sería demagógico imputar lo ocurrido a alegrías territoriales, puesto que en todo caso estas fueron compartidas por todas las administraciones y auspiciadas por todos los partidos incluso a pesar de la crisis. Además buena parte del déficit territorial es consecuencia de la dualidad que el Estado autonómico establece entre gasto social e inversión productiva, encomendando el primero a las autonomías. Lo cual obliga a una revisión conjunta de la distribución competencial y del sistema de financiación que ha de sostenerla. Pero resulta urgente que las instituciones autonómicas y las locales se atengan al esfuerzo que les corresponde respecto a la estabilidad presupuestaria comprometida en el marco europeo. Entre otras razones porque sus incumplimientos constituyen la causa principal de presión sobre la deuda soberana española.