Barroso, ayer, en el pleno del Parlamento Europeo. :: C. KRABA / EFE
Economia

La crisis helena amenaza al Gobierno alemán

Los partidos coaligados con la canciller piden una «quiebra ordenada» y dicen que una salida del euro no sería el «fin del mundo»

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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La crisis de la deuda en Grecia acabó con la carrera de Axel Weber, el más firme candidato alemán para ocupar el cargo de presidente del Banco Central Europeo, obligó a renunciar al jefe de economistas del banco, Jürgen Stark, socavó la credibilidad e independencia del eurobanco y ahora puede acabar con la frágil estabilidad del Gobierno germano.

En medio de una frenética lucha para impedir que el país heleno sucumba al peso de su enorme deuda publica y se vea obligado a declarar una suspensión de pagos, el líder del pequeño Partido Liberal (FDP), Philipp Rösler, se ha rebelado contra la línea impuesta por la canciller, Angela Merkel y se mostró ayer a favor de una «quiebra ordenada» de Grecia, una medida destinada poner fin a la crisis de la deuda que afecta a la euro zona.

La posición de Rösler provocó una tormenta en los mercados y obligó a Merkel a tomar cartas en el asunto. En una entrevista con una emisora de Berlín, la canciller exigió prudencia a sus aliados y volvió a expresar su disposición para agotar todas las posibilidades y evitar una quiebra de Grecia.

Pero los principales líderes del FDP, que decidieron impulsar una política populista antieuropea para evitar nuevos descalabros electorales, cerraron filas en torno a su líder e ignoraron las recomendaciones de la canciller. «El FDP no atiende a reglas de silencio», señaló el secretario general del partido, Christian Lidner, al rechazar las recomendaciones de la canciller. Y Rainer Brüderle, jefe del grupo parlamentario del partido, dijo que lo expresado por el jefe del FDP se atiene «estrictamente» a las líneas de que lo estaban discutiendo los ministros de Finanzas de la zona euro.

La rebelión del FDP, inmerso en una lucha de supervivencia política, se agravó a causa de una iniciativa impulsada por varios dirigentes, que piden un referéndum entre la militancia para aprobar una moción contra nuevos paquetes de rescate y poner en marcha un mecanismo que haga posible la salida de países morosos de la zona euro.

Los rebeldes necesitan recolectar 3.400 firmas para poder convocar al referéndum, que, de tener éxito, obligaría al líder del partido y actual ministro de Economía a rechazar nuevos programas de rescate para países con dificultades, lo que haría estallar por los aires la frágil unidad de la coalición de Gobierno.

«El FDP está decidido a salvar su propia piel a costa del euro y de Grecia. El jefe del partido, Philipp Rösler, apostó por un populismo antieuropeo y con ello esta dañando la autoridad y la imagen del gobierno y de Alemania», dijo Till Schwarze, un analista de la cadena NTV. «Si las bases del partido votan en contra de las ayudas, el FDP debe abandonar la coalición».

La revuelta de los liberales contra la política europeísta de Merkel ha contagiado al otro aliado de la coalición, la CSU de Baviera. Ayer, el ministro de Transportes y vicepresidente del partido, Peter Ramsauer, advirtió de que una salida de Grecia de la eurozona no sería «el fin del mundo» y agregó que su partido deseaba buscar una herramienta legal para hacer posible la salida de los países morosos de la zona euro.