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Residuos de la experimentación militar

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El accidente registrado ayer en la planta de Marcoule provocó la reacción de grupos ecologistas franceses y españoles. Portavoces del partido Europe Ecologie-Les Verts exigieron al Gobierno galo «la mayor transparencia, en tiempo real, acerca de la situación y las consecuencias ambientales y sanitarias» del accidente, dadas las características de los residuos que se tratan en Centraco. En España, el responsable nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, calificó el incidente de la planta de «muy preocupante», y recordó que la instalación, construida en 1956, almacena «los residuos de la experimentación militar encaminada a construir la bomba atómica francesa» y reactores experimentales como los fénix y los 'ungg', de grafito.

«Son reactores rápidos, reproductores, con combustible de plutonio, ligados a la experimentación militar, de los que se sabe poco pero que han resultado un fracaso comercial por su peligrosidad», apuntó Bravo.

El representante de Greenpeace aseguró que la organización está al tanto desde hace tiempo del tipo de trabajo que se desarrolla en Marcoule, involucrada en el desmantelamiento de instalaciones nucleares y en la gestión de residuos.