Al hospital, de urgencia Cayetano se acerca a Alfonso
Actualizado: GuardarSiguen los focos que persiguen a José Ortega Cano enfocando en dos direcciones: hacia el hospital y hacia el juzgado. Y en ambos escenarios hay novedades. El extorero tuvo que ser ingresado ayer a causa de un agresivo herpes 'zóster' que afecta a piernas, barbilla y espalda. Esta infección vírica le estaba causando «muchos dolores» y probablemente obligará a posponer la operación de colon que tenía prevista para mañana. Pero no es el único contratiempo. Tras declarar el viernes ante el juez, ayer testificaron dos conductores que se toparon con él en la carretera el 28 de mayo, cuando sufrió el fatal accidente en el que murió Carlos Parra. Uno de los testigos identificó «sin ninguna duda» el vehículo de Ortega Cano (un todoterreno de la marca Mercedes) y aseguró que les adelantó a él y a otro coche (una furgoneta) a «gran velocidad» en un tramo curvo de línea continua situado a cinco kilómetros de donde se produjo el siniestro. También prestó declaración el hombre que circulaba detrás (a unos 50 ó 60 metros) del coche de Parra. Dijo que él conducía a 80 ó 90 kilómetros y calculó que esta sería también la velocidad a la que iba el fallecido -dentro de los límites de velocidad permitidos en esa vía-. Relató cómo vio el coche de Ortega Cano venir de frente «muy rápido» y con las luces largas puestas. Confirmó que la víctima nada pudo hacer por evitar la colisión pero que él afortunadamente sí pudo frenar a tiempo. El abogado del torero ha advertido de que la declaración de este testigo contradice el informe policial, que indica que Parra circulaba a 50 kilómetros por hora. «Si la Guardia Civil ha fallado en el cálculo de la velocidad de Carlos Parra, también puede fallar en la de Ortega Cano» (la Policía calcula que el torero viajaba a 126 kilómetros por hora). El defensor del diestro ha cuestionado el testimonio del otro testigo, porque si le adelantó «un minuto» antes del choque y estaban a cinco kilómetros «tendría que ir a 300 kilómetros por hora, como Fernando Alonso en Indianápolis». Ortega Cano declaró el viernes que debió sufrir «algún vahído» y aseguró que no iba bebido -«solo mojé los labios con cava», dijo-. El informe pericial fija su tasa de alcohol en sangre en 1,26 gramos, pero el abogado del torero ha pedido citar a cinco testigos que estuvieron con él esa tarde para demostrar que no bebió. Los representantes de la familia del fallecido creen que de los testimonios de los testigos se deduce que el comportamiento del diestro fue «negligente, imprudente y temerario».