El tablero del segundo puente comienza a deslizarse sobre la Bahía
El vicepresidente del Gobierno, Manuel Chaves, insiste en que los trabajos «se hacen en el tiempo previsto» y estarán listos en 2012
Actualizado: GuardarA cuatro metros por hora, de manera casi imperceptible, pero con paso firme y preciso, el tablero del Puente La Pepa comenzó ayer a desplazarse empujado por una potente máquina en la primera fase de su colocación sobre las pilastras de hormigón que cruzan la Bahía. Se trata -en palabras del Gobierno- de la «etapa decisiva» de la construcción de esta infraestructura, cuyas obras «están ya ejecutadas al 80%» y se desarrollan «en el tiempo previsto». Así lo confirmó ayer el vicepresidente del Gobierno Política Territorial, Manuel Chaves, en la visita institucional que realizó para ver cómo se realizaba la instalación del tablero. Lo acompañaba la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, y toda una pléyade de personajes políticos de las administraciones locales, autonómicas y provinciales.
Tanto el ministro como la alcaldesa destacaron en la rueda de prensa posterior a la visita que la instalación del tablero, además de una fase fundamental, era un símbolo de que las obras avanzan y de que el puente va tomando forma: «Por fin, los gaditanos que no entienden de la complejidad de estas obras van a ver que es posible cruzar el puente y va a ser una fiesta», expresaba Teófila Martínez, que reconoció sentirse tan «alegre» que se le olvidaban «los malos ratos por los retrasos» -dicho queda- que ha sufrido la construcción en el último año, como el ocurrido el pasado verano de 2010, cuando la constructora Dragados paralizó la obra durante tres meses. También las lluvias obligaron a comienzos de este año a replantear el calendario y a aplazar la instalación del tablero hasta ahora, varios meses después de lo previsto.
Como en visitas anteriores, la de ayer sirvió para despejar cualquier tipo de duda en torno a estos retrasos y confirmar que la infraestructura estará terminada «a lo largo de 2012». Así lo reiteró Manuel Chaves, como ya hizo hace un mes el secretario de Estado de Planificación e Infraestructuras, Víctor Morlán, cuando también pasó revista a los trabajos. Sin embargo, ni entonces Morlán, ni ahora Chaves se han aventurado a concretar en cual de los doce meses que tiene el año se inaugurará el puente. «Si está listo para octubre, cuando se celebre la Cumbre de Jefes de Estados de Iberoamérica, podremos presumir de una obra importantísima y nos podremos sentir muy orgullosos todos», expresaba Teófila Martínez como deseo.
La primera de nueve fases
Los trabajos que comenzaron ayer consistieron en la colocación de una de las piezas del tablero, de 111 metros y 1.600 toneladas de peso, que fue empujada por unos gatos hidráulicos. La colocación del resto del tablero 'empujado' -de 580 metros de longitud- se llevará a cabo en nueve fases, de las que ayer se culminó la primera. El puente, en total, medirá 3.150 metros, distribuidos en este primer tramo 'empujado' y un segundo tramo consistente en un puente desmontable metálico de 150 metros. El tercer tramo del tablero es el mayor: de 1.180 metros, sujetado por 176 tirantes.
Según informó ayer la Delegación del Gobierno en Andalucía, la estructura, construida previamente en tierra, fue ayer desplazada por «gatos del tipo 'strand jack', conectados a cables de gran resistencia que se anclan en una pila cimentada en el terreno natural por medio de pilotes». De esta manera, la estructura es 'empujada' por la maquinaria, que en lugar de cimentarse en el suelo, utiliza los cables para ejercer fuerza. Como explicó ayer el director de la obra a los políticos que hicieron la visita, la fuerza máxima de empuje prevista es de unas 200 toneladas. En las siguientes fases, se utilizarán incluso fuerzas mayores, ya que las piezas también serán de mayor tamaño y peso. Este sistema permite mover la gran mole sobre láminas de teflón de alta resistencia a una 'velocidad' media de cuatro a seis metros por hora. A la hora de la visita, al medio día, ya se habían recorrido cuatro metros. Aunque estaba previsto que al terminar la jornada (tras siete horas) se desplazara la estructura 38 metros.
Aunque parezcan lentos, los trabajos se deben realizar con gran precisión, pues tienen que salvar una dificultad técnica: debido al trazado de la vía, se ha de remontar una pendiente ascendente del 5%. En la operación se han llegado a utilizar satélites para controlar que la pieza no se desvía. Para ello, el tablero cuenta con ocho antenas de GPS que envían información cada segundo a un ordenador, que compara los resultados obtenidos con los datos teóricos y reporta posibles incidencias. A su vez -explicaba ayer el Gobierno en una nota- se controlan las deformaciones en las cabezas de las pilas, para detectar si la fuerza de lanzamiento se distribuye equitativamente entre todas ellas.