EL PRÓLOGO
Actualizado: GuardarLa lectura del libro, que no es precisamente el de la sabiduría, sino la crónica de nuestra ignorancia económica, empezará en noviembre. Nos vamos a enterar de lo que es bueno, ya que acerca de lo que ha venido siendo malo estamos enterados. ¿Por qué un prólogo tan extenso? Nos explicó Borges, que se vio abocado a hacer muchos, que los preámbulos suelen prestarse a la exageración y todo lector inteligente descuenta algo de los elogios. No constituyen un género fiable porque nadie le pide un prólogo a un enemigo. Se le acostumbra a encomendar a un partidario o a una persona piadosa. Los políticos profesionales optan por lo primero, quizá porque saben que la misericordia ha fallecido y no se debe atestiguar con muertos.
Los dos candidatos electorales se están poniendo pesaditos anunciando sus propósitos. Reparten su tiempo comunicando lo que van a cambiar y lo que no pudieron alterar antes. Tienen previsto todo menos lo imprevisible y estudian multitud de factores, salvo el factor sorpresa, tan valorado en las operaciones militares. Tienen menos de tres meses para freírnos a promesas sobre simplificación de contratos, atenuación de gravámenes al patrimonio y decretos de empleo juvenil. La lucha de ofertas ha remitido algo con la conmemoración del aniversario del 11-S, ya que en las Torres Gemelas murió más gente que en Pearl Harbour, pero los dirigentes son más tenaces que los dirigidos y nos van a dar una tabarra importante en el inmediato futuro, que no tiene arreglo si Dios no lo remedia, como suelen decir los ateos practicantes.
Somos numerosísimos los que no estamos preocupados por el impuesto a los patrimonios más grandes. Ahí nos las quiten todas. Lo que haría falta es saber a quiénes se les llama ricos. A veces se les confunde con los que lo son de verdad, pero ellos no protestan. Les gusta pasar inadvertidos. La encantadora virtud de la modestia se ha refugiado en los millonarios en euros y no les ofende que les mezclen con los que luchan por ganarse la vida, aunque pierdan por puntos.