TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

PRIVATIZACIÓN DEL BICENTENARIO

A ver si va a ser cierto que en vez de conmemorar La Pepa vamos a celebrar La Pupas

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La vida sigue, entre movilizaciones desesperadas de los perplejos trabajadores de Visteon y el pecio del Vaporcito a quien ninguna entidad pública parece interesada en hincarle el diente del rescate en tiempos de austeridad implacable. También son implacables las hojas de almanaque y la cuenta atrás del Bicentenario avanza inexorable.

Así, mañana lunes, PSOE y PP se verán las caras durante la puesta de tableros del Puente de la Pepa o de la Constitución de 1812. Será un buen momento también -como aventura José Contreras en su blog- de que los socialistas gaditanos de Francisco González Cabaña desplieguen sus fuerzas frente al PSOE andaluz de José Antonio Griñán. Y para que los conservadores intenten poner en solfa la transparencia en la gestión económica de la construcción de un puente promovido desde el Gobierno central, pero que la Corporación que preside Teófila Martínez ha intentado, sin embargo, apropiarse desde el primer momento, bien fuera por acción o por omisión cuando, como suele ser lógico en un Ayuntamiento que debe casi 90 millones a los proveedores, incluyendo al alfarero de Enrique de las Marinas, que ha terminado por ponerse en pie de guerra contra su cuota de impago.

Habrá que ver qué ocurre con el Segundo Centenario de la Constitución gaditana después del 20 de noviembre, cuando las generales arrojen previsiblemente una victoria intratable del PP y la alcaldesa esté a punto de ser ministra. Con su influencia interna en el PP, sería probable que obtuviese mayores fondos de los que ahora han ido proveyendo las arcas del Estado a todos sus niveles. Y, digo yo, ¿los socialistas no podrían anticiparse a dicha jugada y atribuirse los méritos presupuestarios que seguramente se adjudicarán sus grandes adversarios?

En unas recientes declaraciones, Teófila Martínez amenazaba con cortar cabezas en la gerencia del Consorcio. ¿Otra más, por favor, caída por baja médica o política? A ver si va a ser cierto como bromean algunos que en vez de conmemorar a La Pepa vamos a celebrar a La Pupas. También desde la alcaldía gaditana se baraja el albur de privatizar los eventos del Bicentenario, a favor de alguna empresa foránea ya que en Cádiz no hay ninguna que pueda hacerlo. ¿No hay suficientes profesionales en la administración pública, en todas las instituciones comprometidas con este acontecimiento, para poder afrontar ese reto? En este Cádiz bipolar, ¿no sería posible conciliar la acción de los técnicos y profesionales del Edificio Anteojo con los de la Casa de América, de jurisdicción municipal? Es cierto que el PP ha destituido ya a buena parte de los responsables culturales de la Diputación y de los ayuntamientos que empezó a gobernar desde mayo, lo que hace presumir que las diferencias de planteamientos deben ser insalvables porque de lo contrario no se entendería demasiado como desaprovechan la experiencia acumulada. En todo caso, esas plantillas públicas podrían reforzarse o no con la colaboración privada, una división en la que, por cierto y para que nadie se llame a engaño, quien esto firma también se encuentra. No obstante y en un supuesto imprescindible de privatización de algunos servicios, ¿no hay suficientes empresarios de la cultura en Cádiz y provincia, que se merezcan la oportunidad de afrontar este reto aunque fuera en régimen de UTE?

A un trimestre del 12, como aquel que dice, esto es lo que hay. Ahora toca engrasar la maquinaria, no desmontarla para recomponerla. Quizá la figura del Consorcio no hubiera sido la más indicada para dotar de agilidad a este compromiso con la historia y con el futuro. Pero es la que hay y tanto Malu García Juárez como Gabriel Almagro y, en los últimos meses y a contrarreloj, Emilio Aragón se han batido el cobre intentando hacerla funcionar. Quizá desde el primer momento tendría que haber basculado, algo más que simbólicamente, sobre las espaldas del Gobierno central para que quizá hubiera tomado cuerpo como operación de Estado en toda su dimensión. Tal vez así, este conjunto interdisciplinar de estamentos gobernado por dos partidos distintos hubiera tenido más empuje a la hora de llamar a determinadas puertas que se les han cerrado o no se les han abierto del todo; no sólo en la caza y captura de inversiones privadas sino en la necesaria colaboración de otros gobiernos a los que también concierne esta efeméride: Gran Bretaña y Francia, sin ir más lejos, por no hablar de Iberoamérica cuya cumbre al menos está garantizada junto a la capitalidad de la cultura para Cádiz.

Más allá del dinero, esta celebración podría ser una formidable operación de imagen para Cádiz. Esta semana, el galeón La Pepa, que arma el Consorcio como mascarón de proa de esta aventura colectiva, atracaba en Bilbao con una presencia abrumadora de responsables políticos vascos y sin ningún cargo público gaditano a bordo. Al parecer, no tendremos que esperar a que cambie el inquilino de La Moncloa para subsanar tamañas ausencias. Lo más probable es que Teófila Martínez acuda a Santander para cuando amarre allí la nave.