La doctora de la Universidad de Cádiz profundizará en las causas del sufrimiento por dolor. :: L. V.
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La UCA investiga para eliminar el dolor inflamatorio

La científica gaditana Esher Berrocoso participa en un grupo de trabajo de Cambridge con el fin de aliviar estas molestias

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La Universidad de Cádiz, a través de su investigadora Esther Berrocoso, participa en un descubrimiento, junto a científicos de la Universidad de Cambridge, para evitar el dolor inflamatorio o neuropático en los pacientes mediante el bloqueo de un gen, el denominado HCN2.

Para entender la gran importancia de este hallazgo se debe señalar que esta proteína no influye en el dolor intenso causado, por ejemplo, por la fractura de un hueso. Sin embargo, en condiciones de inflamación, han observado, mediante técnicas de manipulación genéticas en animales de laboratorio, un aspecto diferente de la respuesta dolorosa: «En ratones normales (y en los mismos humanos) el dolor es percibido como más grave si se produce en un área que ya está inflamada debido a una quemadura, artritis, etc». En los ratones en los que ese gen fue eliminado mediante técnicas genéticas, «la inflamación no produjo este efecto potenciador del dolor». Además, otro efecto importante de la eliminación de este gen fue que «tampoco se produjo un aumento de la sensación dolorosa en una situación de dolor neuropático», como explica la investigadora de la UCA, Esther Berrocoso.

Desde hace algún tiempo, se sabe que hay muchos genes relacionados con la transmisión del dolor, y que en la mayor parte de los casos su manipulación inhibe la transmisión del dolor o incluso la percepción del mismo. Lo novedoso del trabajo realizado por este grupo de investigadores es que el bloqueo del gen quita el dolor de tipo neuropático pero, curiosamente no interfiere con el procesamiento del dolor normal agudo. Este conocimiento, por tanto, puede tener una importante relevancia clínica porque la transmisión normal de dolor agudo es esencial para la vida por su función de alerta.

De esta forma, este trabajo identifica una nueva diana terapéutica para el desarrollo de nuevos fármacos analgésicos que podrían bloquear la proteína HCN2, proporcionando así alivio en dolores de tipo inflamatorio y neuropático sin afectar a la conducción normal del dolor agudo.

La doctora Esther Berrocoso Dominguez, formada en la Universidad de Cádiz, ha participado en este proyecto durante su estancia en la Universidad de Cambridge, algo que fue posible gracias al programa de becas europeas Marie Curie que se enmarca en el VII Programa Marco de Investigación de la Unión Europea. En la actualidad es miembro del Grupo de Investigación y Desarrollo en Neuropsicofarmacología de la UCA, que dirige Juan Antonio Micó Segura, y basará sus próximos trabajos en el estudio de la parte emocional del dolor. En concreto, esta científica centrará sus esfuerzos en encontrar una respuesta científica al por qué se produce desde lo que es un proceso puramente sensorial, una aceptación emocional en los pacientes afectados por algún tipo de dolor. De hecho, «los pacientes con dolor crónico sufren constantemente depresiones, graves procesos de ansiedad... y aún desconocemos qué pasa en nuestro cerebro para que esto suceda». Ya están empezando a demostrar en la UCA que cuando se padece un proceso de dolor crónico se producen alteraciones en el sistema nervioso central.