Kosta Perovic protege el balón frente a Marc Gasol, en el partido de ayer. :: P. D. JOSEK / AP
Deportes/Baloncesto

Venganza en toda regla

'La Roja' ya está en cuartos de final del Eurobasket y se desquita de aquel fatídico triple de Teodosic de hace un año Serbia se desmorona ante la defensa de España y la confirmación del gran momento de Pau Gasol

VILNIUS. Actualizado: Guardar
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No importan los condicionantes, quién sea el rival o la alineación de los planetas. Cuando en España priman sus virtudes se para el tiempo en el Eurobasket. Recuperemos la máxima de Ángel Palmi, su explicación de la realidad. El guion bien estructurado y los actores, con papeles escritos 'ex profeso', siguiendo la trayectoria que establece cada renglón, dotando de vida y haciendo suya la historia imaginada sobre la pizarra por Sergio Scariolo y sus colaboradores. Si eso sucede, si queda constatado en la pista, créanlo, no hay selección capaz de evitar que 'La Roja' renueve su capa de pan de oro el próximo día 18.

No se trata de triunfalismo, ni de arrimar el ascua a la sardina cuando sus agallas rezuman frescura. Es la cruda, para el resto, realidad de toparse con la mejor versión de Pau Gasol en el combinado nacional desde hace mucho tiempo. En el anterior Eurobasket de Polonia se redujo a los cruces, dado que el pívot de los Lakers necesitó hasta entonces para recuperarse de una operación en una mano. En Lituania la bonanza de su juego se mantiene intacta, fundamental, desde la primera jornada de Panevezys. Cada acción que firma arranca el comentario unánime. ¡Qué bueno es! Lo suscriben hasta quienes le padecen.

De momento hay motivos para el festejo. Solo en una ocasión la amnesia deslució la función. Pero eso ya está enterrado, dicen quienes defienden el título, ilusionadísimos por participar en los Juegos de Londres el próximo verano. Es tal la superioridad mostrada, los sopapos recibidos por Lituania y Serbia, las victorias pese a las carencias en el juego ante el resto, que solo tiene que tener España cuidado de sí misma.

Era la de ayer una cita ineludible. La revancha ante Serbia por el tiro de gracia que le descerrajó un año atrás en el Mundial de Turquía llevaba prendida la clasificación matemática para los cuartos de final del torneo continental. Quisieron los árbitros testar a España y superó la prueba sin pestañear. Por primera vez, los problemas de faltas probaron el temple de Pau Gasol. Dos en menos de tres minutos después de haber abanderado las primeras escaramuzas del partido contra los serbios. Su hermano Marc y Juan Carlos Navarro, le buscaron con descaro en cuanto tuvieron ocasión. Con 6-2 en el luminoso, las marcas destacaron ese momento, en el que el santboiano dejaba el parqué para evitar una tercera personal catastrófica.

¿Qué ocurrió? Nada. Que Rudy Fernández se enceló en un taponazo descomunal a Macvan; que Felioe Reyes sacó petróleo de su reducido pero infalible repertorio; que Marc Gasol se ha convertido en un sheriff de rango idéntico a su hermano; que la defensa fue el arma que mejor esgrimieron los de Scariolo. Fruto de esa operación jaula, Teodosic, el enemigo público número uno de 'La Roja' desde hace un año, pasó desapercibido. A lo sumo pudo dar cinco asistencias, pero se le bajaron los humos convenientemente, su autoestima quedó anulada y carente de confianza concluyó perdido, sumiso, rendido.

Además, Ivkovic, técnico del combinado balcánico, no tuvo su mejor lectura de la situación. El entrenador conocerá los motivos, pero oponer a los hermanos Gasol a Macvan y Savanovic era un suicidio que hizo las delicias de la afición española. Fueron los momentos más dulces imaginados. En defensa, el área de seguridad alejó a los serbios hasta la línea de tres. En ataque, Pau Gasol sumaba once puntos en el parcial y se permitía el lujo de ejercer de segundo base cuando posteaba.

El marcador cenital concentraba las miradas. A nadie le extrañaba el 39-22 que hacía que se contabilizara un punto de ventaja por minuto. Ivkovic ya no tenía a quién recurrir, más allá de las andanadas con catapulta de Savanovic. Teodosic era un finado y Markovic carecía de material para proponer un remiendo. Pau Gasol se fue al banco con 23 puntos en 18 minutos. Restaban trece minutos y parecía que el barcelonés gozaría del reposo que su dañado tobillo necesita. Pero Scariolo quiso más de él. Se curó en salud y priorizó su retorno a la pista cuando España descendió del insulto (70-41) al terreno del soberano repaso (70-54). De nuevo la defensa cerró filas, el equipo corrió y se despidió repartiendo minutos y puntos para todos, con pinceladas de virtuosismo y el miedo en el cuerpo que ha metido a quienes le esperen por el camino.