CARTAS A LA DIRECTORA

La reforma constitucional

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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En plena democracia estamos viviendo una situación preocupante que ataca directamente al término 'democracia'. Sin ningún tipo de debate público, ni político, se quiere reformar algo tan importante para la salud democrática como es la Carta Magna. Una Carta Magna hasta ahora intocable por lo complejo de sus reformas, que ahora se decide modificar de forma improvisada y en términos mucho más graves de los que se están dando a conocer a la opinión pública.

Es más que imprescindible un debate público y político previo, dado que los ciudadanos deberían conocer una serie de puntos como que el nuevo artículo 135.3: 'Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública [...], y su pago gozará de prioridad absoluta'. Dicho de otra forma, atender esta instancia impuesta por la Unión Europea ante todo. Este hecho cedería soberanía a las necesidades europeas.

Para alimentar estas necesidades que presentan desde la Unión Europea, se someterá una vez más a los ciudadanos españoles a nuevos recortes en derechos sociales y garantías públicas. Un atentado contra la democracia en la que otros países exigen el sacrificio de lo que sea necesario con tal de parchear los errores de bancos y especuladores mientras estos siguen llenando sus arcas y repartiéndose las primas. Vaciar las arcas públicas, mientras se llenan las privadas. Tratar la sanidad y la educación pública como una mercancía a servicio de la Unión Europea y su transfondo financiero.

Esta situación resulta alarmante, dado su nulo debate y por tratarse de una forma apresurada. Quieren llevar a cabo esta reforma sin consultar a la ciudadanía, siendo los principales afectados y los que deberían decidir si quieren sacrificar sus derechos sociales básicos para salvar el sistema del que otros que se han enriquecido ya demasiado, sin ver todavía ningún sacrificio o intención de cambio por parte de la banca y mercados.