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Los rebeldes inician la cuenta atrás
Los milicianos insisten en que tienen «acorralado» a Gadafi en un radio de sesenta kilómetros
TRÍPOLI Actualizado: GuardarDespués de 42 años de omnipresencia, Muamar el Gadafi desapareció hace dos semanas y desde entonces su paradero es un secreto sobre el que todo el mundo especula, pero nadie aporta pruebas. Desde que Trípoli cayera en manos rebeldes el coronel solo ha dado señales de vida a través de mensajes de audio, pero el cerco parece que se va estrechando y los mandos militares rebeldes aseguran haber dado con su escondite, del que «no puede escapar».
El portavoz de la comandancia militar rebelde de Trípoli, Anis Sharif, declaró que se encuentra en Libia -versión que comparte también el Departamento de Estado estadounidense- y «le tenemos acorralado en un radio de sesenta kilómetros». Los rebeldes han llegado hasta Gadafi gracias a la combinación del «uso de tecnología avanzada con nuestros servicios de información».
La mayor parte de las informaciones apuntan al sur del país, al desierto al que el coronel habría llegado tras una salida de la capital con una primera parada en Bani Walid, lugar en el que sus hombres más leales siguen sin entregar las armas a los rebeldes permitiendo ganar así tiempo a su líder en su hipotética huida. Hisham Buhagiar, encargado de coordinar los esfuerzos para encontrar al coronel, informó de su «salida de Bani Walid con destino Ghwat», siguiendo la misma ruta de la caravana de vehículos blindados y camiones climatizados que se encuentra en Níger. Buhagiar señaló que «vive en una tienda de campaña. Sabemos que no quiere permanecer en una casa, así que usa la tienda. Hay informes de coches entrando en la localidad y del levantamiento de la tienda».
Ghwat se encuentra doscientos kilómetros al norte de la frontera con Níger, por lo que la posible salida del exlíder libio a través de país vecino no se ha cerrado del todo. El jefe de la diplomacia nigeriana, Mohamed Bazoum, confirmó que varios convoyes procedentes de Libia habían entrado al país en los últimos cuatro días y que a bordo de uno de ellos viajaba el general Mansour Abdalá Daouw, jefe de las brigadas de seguridad del dictador, pero negó categóricamente «la presencia de Gadafi o de alguno de sus hijos en Níger». Pese a que los militares aseguran tenerlo «acorralado», las autoridades políticas rebeldes enviaron un mensaje a última hora de la tarde al Gobierno de Niamey para que «no acepte» la posible entrada de Gadafi. La petición fue extendida también a la vecina Argelia, donde desde la semana pasada se encuentran la esposa y tres hijos del coronel.
Como una rata
«Se ha pasado toda la revolución llamándonos ratas y ahora es él quien tiene que esconderse como un roedor. Gadafi es pasado, yo prefiero que no le cojan y se pase la vida viviendo con miedo de que le capturen. Una persona de su orgullo debe estar sufriendo mucho», opina el rector de la Universidad de Trípoli, Faysal Krekshi. La caza del exdictador eclipsó el proceso de diálogo que los rebeldes mantienen abierto con las cuatro localidades que permanecen fieles a Gadafi. En Bani Walid el acuerdo para la rendición que parecía inminente el pasado martes se ha estancado y el tiempo corre en contra de los leales al régimen, ya que el sábado concluye el ultimátum del CNT.
Sirte, su localidad natal, Jufra y Sabha son los otros tres focos gadafistas que se resisten a entregar las armas a los rebeldes. La OTAN ofreció los datos de sus operaciones del martes en las que Sirte y Sabha fueron centro de los principales ataques con lo que se mantiene la estrategia de bombardear desde el aire para facilitar la victoria rebelde en caso de que el diálogo no prospere.