aniversario del 11-s

El fracaso de la 'doctrina Bush'

La guerra contra el terror se convirtió en la gran preocupación de la política de seguridad nacional de Bush

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Entre toda la parafernalia -nuevo cuerpo ideológico, acuñarían los puristas- que emanó de la Casa Blanca aquellos convulsos días, sobresalen las nociones de «democratización» y «paz democrática». Estos se convertirían en ingredientes esenciales de la 'doctrina Bush', especialmente después de que no se hallaran armas de destrucción masiva en Irak.

«Los acontecimientos y el sentido común nos han llevado a una conclusión», declaró Bush en su segundo discurso inaugural en la Casa Blanca. «La supervivencia de la libertad en nuestra tierra depende del éxito de la libertad en otras tierras». Años más tarde, cuando la gran confidente del presidente George W. Bush, Condoleezza Rice, estaba a punto de dejar su cargo como secretaria de Estado, también recuperó este argumento diciendo que ella y sus colegas habían llegado a la conclusión de que «la construcción de estados democráticos es ahora un componente urgente para el interés nacional».

Un somero vistazo a la precariedad de los sistemas construidos en los dos países en conflicto muestra que, tampoco aquí, puede presumir Washington de haber llegado muy lejos. Como consecuencia de ambos conflictos, EE UU se embarcó en un desarrollo de las capacidades militar y de inteligencia no vistos desde los años más intensos de la Guerra Fría.

El gasto en defensa se multiplicó y las iniciativas de contrainsurgencia proliferaron. Se construyeron nuevas bases en Asia. Se estableció un nuevo comando militar en África. La guerra contra el terror se convirtió en la gran preocupación de la política de seguridad nacional de Bush. A fin de obtener información valiosa para actuar, el Gobierno recurrió a las detenciones selectivas y en algunos casos a la tortura.