EL TENDÓN

En respuesta a la carta que, recientemente, nos envió la Casa Real, informándonos del estado de salud de su majestad el rey, aquejado de un problema en su tendón de Aquiles, me atribuyo el honorable cometido de corresponder. Alguien lo tiene que hacer, y como veo que pasan los días y nadie se reivindica, lo haré de todo corazón. Dejaré a parte mi inclinación ideológica. Se nos ha informado del estado de salud de una persona mayor, y como personas que somos, debemos responder: Pues, muchas gracias casa real, nos alegramos que el tendón de Aquiles de, si se me permite, nuestro tendón de Aquiles, la monarquía, esté ya reparado, y su propietario, en casa, real claro. Esperamos que se recupere pronto y podamos volver a ver a don Juan Carlos sin muletas, pegando brincos y navegando junto a su familia. Nosotros, los súbditos, estamos bien, a Dios gracias. Bueno, hay de todo, de entre los cuarenta y pico millones que somos, algún tendón habrá que reparar, no nos vamos a engañar, y algún ligamento cruzado interno, pero entraremos en detalles morbosos. Le digan al monarca, de nuestra parte, que la mayoría de nosotros tampoco ha podido navegar este año en el velero familiar. En nuestro caso no ha sido por el tendón, qué más quisiéramos; es porque no tenemos velero, ni amigos con barco, pero eso da igual. Miento, había alguno que tenía barco, pero no le llegaba para pagar las velas ni el gasóleo. Ya saben, por aquí abajo azota la crisis que da gusto; me río yo de la tramontana. Que la casa real tendrá problemas, pero, en las casas reales, las de portero automático, reuniones en el portal y antena comunitaria, también cuecen habas. Aprovecho para informarles que a mi cuñado ya se le ha curado la gripe que pilló en la cola del Inem. Supongo que estarían preocupados por él. Y a base de zumos, sin anestesia epidural ni nada, como un campeón. Pues nada, que seguimos informándonos mutuamente. El sello con la cara del rey lo pago yo. Por un sello nadie se ha arruinado, lo de Filesa era diferente. Pasen buen día.