Mariano Rajoy, durante una reunión del PP. A la derecha, Alfredo Pérez Rubalcaba, en un acto del PSOE. :: EFE / AP
ESPAÑA

«En cómo ingresas y cómo gastas está la diferencia»

El candidato socialista asegura que con dos nuevos tributos podrá recaudar 2.500 millones de euros

MADRID. Actualizado: Guardar
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Ha llegado el momento de concretar. Alfredo Pérez Rubalcaba se arriesgó ayer a adornar con cifras los planes fiscales que ya anunció en su presentación como candidato del PSOE, hace dos meses. Alrededor de 2.500 millones de euros -es decir, una cuarta parte de lo que supondrá el recorte del gasto público previsto por el Gobierno para este año- se recaudarían, según sus cálculos, con la creación de un reformulado impuesto de patrimonio para las rentas más altas y con la que, hasta ahora, parece la medida estrella de su futuro programa electoral, la tasa adicional para la banca.

El ya líder de facto de los socialistas aseguró, durante una entrevista en la Cadena Ser, que en adelante bajará al detalle en todas y cada una de sus propuestas; de modo que su oferta electoral irá acompañada de una suerte de memoria económica . «Cómo ingresas y cómo gastas es lo que marca la diferencia entre los partidos políticos; a quién le pides un esfuerzo y a quién le dedicas el esfuerzo, sobre todo, lo segundo», argumentó.

Rubalcaba sostiene que su subida de impuestos tiene un fin claro: invertir en empleo. Solo en prestaciones para personas en paro el Estado gastó en 2010 unos 33.000 millones de euros y este año la cifra será similar. Lo que no se atrevió a especificar el candidato del PSOE es cuántos puestos de trabajo cree posible crear con el dinero que hipotéticamente recaudaría, en torno a 1.400 millones correspondiente al tributo para grandes patrimonios y unos 1.000 al de las entidades crediticias. «Hay que hacer un escenario de crecimiento presupuestario», justificó con escaso optimismo.

El veterano dirigente socialista admitió que la inestabilidad financiera que en agosto colocó de nuevo a España al borde de la intervención y obligó al Banco Central Europeo a comprar deuda soberana va a continuar en los próximos meses. «Puede, incluso -admitió-, que se incremente». Y, sin embargo, se ratificó en que, al margen de la situación económica del país, si llega a ser presidente del Gobierno ni recortará el gasto educativo ni planteará medidas drásticas para ajustar el gasto sanitario.

«Ya diré de dónde saco el dinero, pero lo voy a decir, voy a hacer un esfuerzo por aclarar a la gente qué ingresos voy a reclamar y qué gastos», prometió. Todo con cuentagotas, porque lo que tiene claro el exvicepresidente primero es que le conviene ir desgranando sus medidas poco a poco. Hoy presentará ante la ejecutiva del partido, y ante el grupo parlamentario, inmediatamente después, el borrador del texto que se discutirá en la Conferencia Política que el PSOE celebra el 30 de este mes y el 1 y 2 de octubre. Un texto al que las federaciones podrán ahora presentar enmiendas y del que saldrá el programa con el que concurrirá a las elecciones del 20 de noviembre.

Cuerpo a cuerpo

Rubalcaba mide sus tiempos aunque sabe que juega una partida difícil. Sobre todo, porque los acontecimientos desbaratan en no pocas ocasiones su estrategia para llegar al electorado de izquierdas, como ocurrió con el debate abierto por la decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de acometer la reforma constitucional exprés para poner límite al déficit. Él defendió el fondo de la medida, aunque reiteró que habría preferido más diálogo parlamentario.

Pese los pronósticos, afirmó que conserva aún «alguna esperanza» de vencer al presidente del PP si lo que se juzga es la gestión. «Rajoy se enfrentó a la crisis del 'Prestige', yo a la de los controladores; los ciudadanos deberán elegir a quién prefieren para afrontar una situación difícil».