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Las comparaciones son una tentación difícil de evitar. ¿A qué huelen las nubes? ¿A qué se parece esta serie? Parte de la nueva ficción española se está presentando en el magnífico FesTVal de Vitoria, un certamen de solo tres años que se ha convertido en el indiscutible referente televisivo español. A veces hay que llevar cuidado con lo que se trae porque el producto puede no estar todavía listo para mostrar (pasó con una especie de copión de 'Hispania'), pero el esfuerzo de las cadenas se agradece. Este año se han presentado, entre otras, 'Cheers' (Telecinco), 'Gran hotel' (Antena 3) u 'Homicidios' (Telecinco). Con la primera, que pincha un poco, las referencias son claras al ser un remake/adaptación. Con la segunda, serie de misterio ambientada en un (gran) hotel a principios del siglo XX, enseguida ha saltado la comparación con 'Downton Abbey' (?), como si esta fuera la única serie de época de la historia. Sus responsables dicen haberse fijado más en Sherlock Holmes y Agatha Christie, además de haber aprovechado el tirón de lo viejuno, claro.

Con 'Homicidios' volvemos a la actualidad, a una ficción policial de corte conocido. Con un inteligente guaperas (Eduardo Noriega) que colabora con las fuerzas de seguridad como psicólogo especializado en patologías de la conducta. Un 'special guest star' en la comisaría, igual que pasa en 'El mentalista' o en 'Castle'. Obviamente, también hay tensión sexual entre el personaje de Noriega y el de Celia Freijeiro, la jefa de la unidad. Una unidad que parece surgida de un casting. No hay polis feos y viejos, ni un Provenza a lo 'The Closer'. 'Homicidios' tira más a 'Mentes criminales', con toda esa gente encantada de escucharse mientras lanza teorías varias sobre el asesino y sus motivaciones, tan amanerados a veces en sus discursos de listillo que algunas escenas recuerdan los gags que 'Homo Zapping' hacía de 'CSI' (sin los dientes de la forense). Nada malo hay en parecerse a otras series que han funcionado. 'Downton Abbey' pasa por la túrmix lo que gusta al público. Pero eso también hay que saber hacerlo.